Jennifer Lawrence relata el día en el que casi muere en un accidente de avión

Jennifer Lawrence es una de las actrices que han sacado partido a su pelo fino.
La actriz Jennifer Lawrence.
GTRES
Jennifer Lawrence es una de las actrices que han sacado partido a su pelo fino.

Jennifer Lawrence está viviendo uno de los momentos más dulces de su vida: a punto de ser madre por primera vez y con una película que se estrena en apenas unos días y que se prevé como una de las contendientes de este año en la temporada de premios, No mires arriba. Sin embargo, nada de eso podría estar ocurriendo si no hubiese esquivado a la muerte hace cuatro años.

Así lo cuenta ella misma. La actriz de 31 años se encuentra en plena promoción de la cinta y ha concedido una entrevista a la edición norteamericana de la revista Vanity Fair, de la que es portada y en la que se ha sincerado sobre los peligros de coger aviones privados -más allá de suponer más contaminación que favorece el cambio climático-.

Era 2017 y la intérprete ganadora del Oscar tenía que ir desde Indian Hills, su ciudad natal, en Kentucky, en el medio este norteamericano, hasta Nueva York, en la costa atlántica. Sin embargo, el aparato no llegó a su destino porque hubieron de realizar un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Búfalo, ya que uno de los motores había fallado y habían de descender con uno solo.

"Mi esqueleto era todo lo que quedaba en el asiento", ha rememorado Lawrence sobre los nervios y el pavor que sintió en aquel momento. "[Pensé que] Todos íbamos a morir, así que empecé a grabar pequeños mensajes de voz a mi familia, ya sabes, sin enviarlos: 'He tenido una gran vida, lo siento'. Esas cosas", ha asegurado la actriz.

JLaw ha continuado explicando que le asaltó un sentimiento extraño: "Me sentía culpable. Todo el mundo iba a estar triste por mi culpa. Y, oh, Dios, Pippi [su perro] estaba en mi regazo, eso creo que fue lo peor. Ahí estaba esa cosita que no pidió ser parte de nada de esto". Además, ha recordado como si fuera una película de verdad ver desde el aire a todos los camiones de bomberos y a las ambulancias esperando en la pista de aterrizaje, preparándose para lo peor.

"Me puse a rezar. Aunque no a ese Dios específico con el que me criaron, pero porque era aterrador y un tipo muy crítico. Pensé: 'Dios mío, ¿vamos  a sobrevivir a esto? Quizá seré víctima de las quemaduras, y aunque pueda ser doloroso, por favor, que vivamos todos'", ha relatado Lawrence, que incluso ha querido bromear sobre el tema. "Le dije: 'Por favor, Jesucristo, déjame conservar mi pelo. Envuélveme en tus brazos a los que les gusta mi melena. Por favor, no dejes que me quede calva'", ha finalizado.

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