El pasado sábado Emilia, una mujer de 83 años a la que le habían denegado la eutanasia, se quitó la vida en Zaragoza. La asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) denuncia que no se tramitara la solicitud por parte del personal médico de centro de salud.

Según recoge el Periódico de Aragón, la asociación ha reconocido que hubo un "rechazo de la solicitud y un silencio total, de su médico y de su centro de salud", y reclaman que "cumplía los requisitos"  y "tenían derecho a que se le atendiera".

Emilia sufría una luxación de cadera congénita que se había deteriorado y que le obligaba a permanecer en la cama con fuertes dolores. Cuando se aprobó la ley de eutanasia la mujer quiso tramitar su petición, algo que nunca se produjo por la supuesta negativa de los sanitarios. 

Según el medio local, la anciana ya no podía hacer más que algún pequeño movimiento en la casa, como ir del sofá a la cama y viceversa, pese a tener las extremidades inferiores inmovilizadas. 

En una entrevista en la Cadena Ser, Consuelo Miqueo, médica jubilada e integrante de DMD, ha reconocido que la hija de Emilia "presentó el papel, de acuerdo con la normativa y la médica de cabecera no se lo quiso coger, se asustó absolutamente, discutieron un poco".

Según narra Miqueo, pasado el plazo de 15 días que marca la ley, la hija volvió a intentar tramitar la solicitud, repitiéndose el rechazo de la médica de cabecera, algo que replicó el coordinador, al que intento darle el documento y "tampoco lo cogió".

"Es una ilegalidad flagrante porque ese documento está claro y los profesionales deben saberlo, hay que firmarlo en calidad de testigo" y "no quiere decir otra cosa que una persona lo ha solicitado", ha explicado Miqueo en el programa de La Ventana.

Desde la asociación, añaden que la consejería de Sanidad les ha dado una cita y "esperan que se estudien todos los fallos en el procedimiento", ya que "hay otros casos que sí que están siguiendo adelante".