¿Cómo salvar los 17 monumentos en ruinas de Madrid?: "Es una herencia que recibimos, es parte de nuestra historia"

Iglesias, ermitas, canales o castillos que forman parte de la historia de la Comunidad de Madrid, se están cayendo a trozos. Es lo que ha evidenciado la última lista roja del patrimonio, elaborada por los expertos de la asociación Hispania Nostra. Son monumentos conocidos por muchos madrileños como la muralla cristiana de La Latina, el Palacio del Canto del Pico, en Torrelodones o el Palacio de Farinelli, en Aranjuez. Otros, como la Ermita de Orcález o la de San Polo, menos conocidas pero con un enorme valor histórico, arqueológico y cultural: "El patrimonio es una herencia que recibimos, es parte de nuestra historia", dice la Profesora de la UNIR Minverva Parra, doctora en arquitectura y experta en patrimonio arquitectónico y urbano.

Para muchos madrileños será la primera vez que escuchen el nombre de monumentos como la Villa Romana 'el Zarzalejo' o la Bodega del Arrabal, porque, como explica la profesora, los monumentos de esta lista no son "los oficializados, los reconocidos por todo el mundo". Hablamos de patrimonio no oficializado, aunque no por ello con menos valor histórico pero, sobre todo, con un enorme valor emocional: "Un monumento es un lugar que guarda la memoria, que sirve al ciudadano para rememorar y, por eso, muchos guardan una ligazón emocional importante con ellos y no quieren que desaparezcan. Es un patrimonio muy importante para el ciudadano de a pie", explica Parra. 

Patrimonio arquitectónica en riesgo en la Comunidad de Madrid
Patrimonio arquitectónica en riesgo en la Comunidad de Madrid
Henar de Pedro

Algunos ejemplos de este tipo de monumento son el Palacio de Duquesa de Sueca o el Palacio del Canto del Pico, el primero de propiedad pública y el segundo, privada. "Para los ciudadanos que viven cerca, forman parte de su paisaje. Los ciudadanos crean recuerdos en ellos, si borras eso, es como si borraras parte de los ciudadanos", dice la doctora.  Lo mismo pasa con el Palacio de Farinelli, "hay mucha a gente de Aranjuez que ha vivido el palacio y ahora ve que se esta destruyendo porque es patrimonio privado y, a final va a perder el carácter totalmente, sino desaparece", explica Parra.

No es cuestión de lo conocido o no que sea el patrimonio, sino de conservar una herencia, unos recuerdos: "Todo bien cultural tiene su importancia, algunos pueden ser más visibles porque es patrimonio de la humanidad o de la UNESCO, pero todos deben ser conservados", concluye Rafal Fort, investigador del CSIC. 

¿Cómo salvar el patrimonio de la ciudad?

En general, el patrimonio de la ciudad de Madrid está bastante bien conservado, según cuenta la experta de la UNIR, pero el de la Comunidad deja algo más que desear, aunque hay que tener en cuenta que tiene un gran volumen de monumentos para su poca extensión de terreno. Pero, incluso en la capital, se encuentran algunos monumentos en ruinas.

Es el caso de la muralla cristiana de La Latina, una fortificación construida tras la  Reconquista de la que ahora, tras haber adosado casas, haberla usado de muro entre vecinos o haberse llenado de pintadas, solo queda una pequeña porción. "Lo que se puede conservar es mínimo frente a lo que ya se ha devastado", asegura Parra. Pero, aún así hay tiempo de salvarla: "Es suelo público, se puede hacer un proyecto urbanístico en el que se integre parte de esa muralla en una ruta de murallas de las distintas épocas de Madrid, con un hito en el que se indique su historia, su importancia, e incluso crear una pequeña plaza", todo esto, después de limpiarla y restaurarla, dice la profesora. 

El muro es parte del Patrimonio Militar de entre los siglos XII y XIII. Fue levantada a mediados del siglo XII y finalizada entrado el siglo XIII. Comprendía un fuerte conjunto defensivo levantado con bloques de caliza y reforzado, posteriormente, con mejoras de estilo mudéjar tanto en los lienzos como en las portadas. Contó con unas 80 torres, varias albarranas y cuatro ingresos.
Muralla medieval cristiana de Madrid
Lista Roja del Patrimonio

Más difícil sería recuperar el Palacio de la Duquesa de Sueca, porque su deterioro es responsabilidad de "la dejadez del Ayuntamiento", que lo único que ha intentado es conservar la fachada, asegura Parra. Es lo que en arquitectura se conoce coloquialmente como 'fachadismo': "Se mantiene la fachada y lo de dentro no importa, esperamos a que se hunda y luego podemos hacer con ello lo que nos de la gana. No es algo que se considere respetable en patrimonio y restauración", explica la experta.

"El patrimonio público suele estar bastante bien protegido"

Sin embargo, pese a algunas excepciones como este palacio o el Edificio Parque Móvil del Estado, ambos en la lista roja, "el patrimonio público suele estar bastante bien protegido", dice Minerva Parra. Pero, el patrimonio privado es "ingente" y su mantenimiento acarrea "muchísimo dinero" y, aunque la ciudadanía presione para que se conserve, el dueño no tiene obligatoriedad de hacerlo así que, a veces, la única solución es que "el estado se haga cargo de ello, por ejemplo convirtiéndolo en parador nacional. 

Ejemplos de este tipo en la lista hay muchos. La ermita de Orcález, que pese a su altísimo valor arqueológico se encuentra abandonada, ni siquiera tiene protección y solo se puede " tomar ficha, catalogar, y saber que puede desaparecer", o la Ermita de San Polo de Aldea del Fresno, también sin protección y en un nefasto estado de conservación, expoliada, en ruinas y corriendo peligro de derrumbe.

La construcción es parte del Patrimonio religioso de entre los siglo XII y XIV. Edificada junto al cerro de las Horcas, de alto valor arqueológico, se pueden distinguir en su construcción distintas fases, sobre todo los vestigios mudéjares.
Ermita de Orcález
Lista Roja del Patrimonio

 Y los expertos en patrimonio tienen soluciones para que estos monumentos no solo se conserven, sino que sean rentables: "Por ejemplo, montar rutas en las que estén integrados estos monumentos, ya sean religiosos o civiles, que se reconozcan entre los senderistas" propone Parra. De esta forma, más gente los conocería, visitaría los pueblos cercanos, incentivaría el turismo y la economía rural y se conservaría el patrimonio. "Cuando los monumentos se vienen abajo es porque el ciudadano no los conoce, si los conoce aprenden de ellos, quieren que se mantengan y, entonces, se genera una implicación política para mantenerlos".

Algo parecido se podría hacer en el castillo de Aulencia que, aunque ha sido declarado bien de interés cultural, está abandonado, expoliado y totalmente en ruinas. "Está en un área con un importante valor ecológico, sería buenísimo recuperarlo para que se pueda visitar y poderle dar un uso, convertirlo en un hotel, un restaurante", sugiere Parra.  "En general, existe  mucho patrimonio en pueblos de la Comunidad de Madrid muy desconocidos pero son localidades muy interesantes que es necesario que la gente visite. Y eso es lo que puede reactivar esta conservación, que se visiten, que no se olviden, si se olvidan acaban muriendo", concluye Rafal Fort, investigador del CSIC.

La Comunidad de Madrid mejora

La buena noticia es que la Comunidad de Madrid ha mejorado respecto al año anterior, monumentos tan importantes como el Hospital de San Carlos o las Cocheras de cuatro Caminos de Metro de Madrid que han salido de la lista roja "porque se ha intervenido sobre ellos o se han resuelto los problemas", explica Fort. Según este investigador del CSIC, los esfuerzos de la Comunidad para mantener el patrimonio son "importantes" tanto a nivel trabajo como a nivel medios "dentro de las limitaciones presupuestarias" que pueda haber. Pero también hay un esfuerzo a nivel legislativo, "este ultimo año se han declarado cuatro bienes de interés cultural", lo que protege estos monumentos, explica Fort. 

A pesar de los esfuerzos de las entidades públicas, Fort reconoce que la intervención en estos monumentos es lenta: "Depende del propietario, del estado de conservación en el que se encuentran. Se intentan realizar, pero el proceso es largo". Por eso, lo que hace falta realmente para agilizar estos procesos es la divulgación.

La administración debe hacer un esfuerzo porque estos monumentos se investiguen, se valoren y se recuperen: "La Comunidad siempre está viendo como atraer el turismo, y ahora está muy en boga el turismo rural y cultural, y con esto se puede potenciar. No puede ser que haya mucho patrimonio desconocido incluso para el propio madrileño".

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