Cómo truncar una carrera: estaba el 96 de 2.000 aspirantes a ser bombero...  y la falta de una firma acabó con su sueño

  • Antonio Cañada vivió una pesadilla cuando un error ajeno destrozó su sueño cuando ya lo acariciaba.
Antonio Cañadas, opositor a bombero de la Comunidad de Madrid.
Antonio Cañada, opositor a bombero de la Comunidad de Madrid.
CEDIDA
Antonio Cañadas, opositor a bombero de la Comunidad de Madrid.

Antonio Cañada había puesto su vida en pausa. Había sacrificado las salidas con amigos, las vacaciones, el tiempo libre. Había supeditado todos sus días al entrenamiento y la formación. Ejercicio y estudio. Ejercicio y estudio. Esa era su rutina para alcanzar un objetivo claro: aprobar las oposiciones a bombero de la Comunidad de Madrid. Ahora, después de tres años de esfuerzo ininterrumpido, la ausencia de una firma ha acabado con sus ilusiones

A sus 37 años, Antonio debía enfrentarse el pasado 25 de octubre a uno de los días más importantes de su vida. Tenía que presentarse a las primeras de las pruebas físicas de la oposición después de haber quedado en el puesto 96 de 2.000 aspirantes a 150 plazas, tras la prueba teórica y el test psicotécnico. Llegaba en un estado de forma "espectacular, de diez, mejor que nunca". El escenario no podía ser más prometedor, hasta que la decisión del tribunal examinador cayó sobre él como un jarro de agua fría. Rechazó su certificado médico por un "error de forma", al faltar la rúbrica del facultativo

"Estás fuera de la oposición". Con esas palabras el presidente del jurado acabó con los sueños del joven. Dio igual que el certificado contara con el nombre del médico, el número de colegiado y el sello. No valía. Tampoco sirvieron los intentos de Antonio de subsanar el error: ni la llamada del doctor para acreditar la veracidad del papel, ni un escrito firmado por el facultativo para dar fe de que el documento era auténtico, ni el resguardo de un segundo reconocimiento médico. Todo fue en vano.

Preso de la impotencia, este joven se desespera porque ha sido un error ajeno a él el que lo ha privado de examinarse, pero, sobre todo, lamenta la imposibilidad de corregir el fallo. "En el reglamento no pone que esto sea motivo de exclusión. Deberían habernos permitido subsanarlo, como ha ocurrido en estas oposiciones en ocasiones anteriores. En otras, incluso lo han aceptado así", destaca.

Sin embargo, Antonio fue el primero en vivir esta exclusión del examen, pero no el único. Como el suyo, el certificado de Álex Díaz -en el puesto 16 tras el primer test- carecía de la firma del médico y el tribunal también se negó a aceptarlo. Antes de presentarlo sin el garabato, este joven de 28 años tuvo muchas dudas: podía falsificarlo y ahorrarse el mal trago, pero prefirió no incurrir en un delito y confiar en poder solucionarlo.

De momento, continúan a la espera. Ni siquiera la visita el día siguiente de su expulsión a las instalaciones del examen, donde se celebraba la segunda jornada de las pruebas, dio sus frutos. Ambos acudieron acompañados por el representante del sindicato de bomberos CSIT Unión Profesional, que trató de solventar lo ocurrido para que pudieran presentarse. Fue inútil.

"Te destroza la vida tras años de esfuerzo"

Tras este "duro mazazo", Antonio aprieta los dientes para seguir adelante y levantarse cada mañana para seguir ejercitándose, con la esperanza de poder hacer las pruebas en algún momento. "No sé de dónde saco las fuerzas. Esto te destroza la vida. Después de tantos años de esfuerzo y sacrificio, ahora qué te queda", se pregunta con amargura. 

"No sé de dónde saco las fuerzas. Esto te destroza la vida. Después de tantos años de esfuerzo y sacrificio, ahora qué te queda"

Después de meses de entrenamientos espartanos que han llevado "su cuerpo al límite", de someterse a una dieta "superestricta" para no perjudicar su rendimiento y de consagrar sus vacaciones a estudiar y entrenar, confía en que el jurado acabe recapacitando. Ahí encuentra la motivación para continuar: espera que, cuando revisen las alegaciones, terminen por darles la razón y hagan un llamamiento extraordinario para examinarlos.

En este escenario, tras consultar jurisprudencia y hablar con varios abogados, Antonio cree que la ley los respalda. Sin embargo, de no darles la razón tras el análisis de las reclamaciones presentadas, no dudarán en presentar un recurso de alzada o, incluso, acudir a los Tribunales para denunciar.

Un "escándalo", según el sindicato

Por su parte, el sindicato CSIT Unión Profesional también ha denunciado este "escándalo" y considera que el número de colegiado debería ser suficiente para considerar válido el certificado médico. Además, exponen que la Dirección General de Emergencias ha entregado los carnets acreditativos como bomberos a todos los profesionales sin rúbrica, solamente con el sello del titular del departamento.

"Lo grave de la situación, es que, en los últimos procesos de oposición de la Comunidad de Madrid de nuevo ingreso, los tribunales sí admitieron que aquellos aspirantes que se encontraron con problemas similares se pudieran examinar, siempre y cuando subsanaran a lo largo de la mañana la situación con un nuevo certificado médico", explican en un comunicado.

En este sentido, advierten de que no permitir a estos dos aspirantes examinarse pueden redundar en la presentación de demandas por parte de los afectados y es posible que provoquen la "paralización del proceso, readmisión de los afectados o incluso retraso en la incorporación de nuevos efectivos".

A pesar de este revés, Antonio no renuncia a su deseo de convertirse en bombero. Confía en que el tribunal acabe fallando a su favor, pero, de no hacerlo, no duda que volverá a presentarse con la esperanza de alcanzar su sueño.

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