Todo lo que necesitas saber antes de comprar un exprimidor: ¿se pierde la vitamina C?

Es un complemento perfecto a un desayuno equilibrado, ya que contiene vitamina C, muy beneficiosa para el organismo. Evidentemente comer la naranja sin hacer zumo también es buena idea.
Zumo de naranja exprimido.
Pixabay/stevepb
Es un complemento perfecto a un desayuno equilibrado, ya que contiene vitamina C, muy beneficiosa para el organismo. Evidentemente comer la naranja sin hacer zumo también es buena idea.

En un completo desayuno, es muy común tomar un zumo de frutas, siendo una opción muy recomendable tomarlo natural y recién exprimido. Para ello, contar con un exprimidor es fundamental, aunque no siempre es fácil elegir el adecuado. 

Así, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una guía donde muestra cuáles son los diferentes tipos de exprimidores disponibles en el mercado, de tal modo que lo consumidores puedan elegir aquel que más se adapte a las necesidades de cada uno. 

Exprimidores manuales

Estos son los más baratos, fáciles de limpiar y duran muchos años sin estropearse. Son ideales para uso esporádico y se pueden encontrar algunos de una simple pieza con forma de hélice en torno a la cual se gira la naranja haciendo presión. El recipiente puede ser de plástico, metal o vidrio.

También son manuales los exprimidores que funcionan mediante una palanca o prensa, que funcionan haciendo presión sobre la naranja. Los exprimidores manuales suelen ser manejables, pequeños y económicos. Un exprimidor manual se puede encontrar en el mercado desde 0,5 euros hasta los 15 euros que pueden costar lo de metal con un diseño innovador.

Exprimidores eléctricos

Funcionan con un motor de doble rotación, que hace girar el cabezal en ambos sentidos cuando se ejerce presión sobre la fruta. El motor se para cuando dejas de apretar. El precio de este tipo de exprimidores está entre los 5 y los 35 euros.

Exprimidores profesionales de uso doméstico

Un exprimidor de naranjas profesional suele ser un poco más grande que uno eléctrico y pueden ser de palanca o brazo y también los hay dobles, para un uso familiar. Son silenciosos, disponer de sistema anti goteo y de conos intercambiables para diferentes frutas. Se pueden encontrar desde 15 euros, pero pueden alcanzar los 250 euros para los modelos más lujosos.

Exprimidores profesionales para hostelería

Cortan las naranjas automáticamente y extraen el zumo en un solo proceso. Son fáciles de manejar y tienen un alto rendimiento, pero están pensados para lugares donde se necesita hacer muchos zumos naturales de forma rápida, como cafeterías o supermercados.

Se encuentran a partir de 550 euros y para los modelos con un procesado más industrial puede llegar a los 7.000 euros.

Consejos para elegir un exprimidor

Tal y como escribe la OCU, estos son los factores y recomendaciones a tener en cuenta cuando se va a comprar un nuevo exprimidor: 

  • Potencia. Determina la velocidad a la cual se obtiene el zumo. A más potencia, mayor rapidez. Los normales rondan los 60 u 80 W, aunque podemos encontrar modelos desde los 20 W.
  • Cabezales. Los mejores cuentan con la posibilidad de cambiar el cabezal para poder exprimir cítricos de distintos tamaños, por ejemplo, limones o lima. 
  • Sistema antigoteo. Para evitar derrames en la cocina, garantizando un buen rendimiento.
  • Filtro de pulpa. Es recomendable que filtro los restos de pellejos y pulpa para que el zumo no se llene de tropezones. 
  • Recipiente. Cualquier exprimidor convencional cuenta con un recipiente en el que se almacena el zumo. Es recomendable que sea al menos de 250 ml y que se lave fácilmente. 
  • Tapa protectora. Lo protege del polvo para mantenerlo limpio y listo para exprimir en cualquier momento.
  • Patas de goma antideslizantes. Útiles para que el exprimidor no se mueva cuando lo estás usando y evitar accidentes.
  • Facilidad de limpieza: fíjate en si se puede meter en el lavavajillas, porque la limpieza de estos aparatos puede ser un poco engorrosa.

¿Es verdad que se pierde la vitamina C? 

Esta leyenda urbana tan extendida no es real, según la OCU, que ha medido en el laboratorio la cantidad de vitamina C de zumos exprimidos en el supermercado el mismo día de la compra y también pasadas 24, 48 y 72 horas. Los resultados son claros: la vitamina C no se pierde con el tiempo, pues los niveles se mantienen estables siempre que el zumo se haya conservado frío. La vitamina C solo disminuye al calentar el zumo. 

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