La DGT sostiene que los peajes son "un tema de Estado" y reclama al PP moderar sus críticas: "Si gobierna, le harán falta"

El director general de Tráfico, Pere Navarro, comparece ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, este martes.
El director general de Tráfico, Pere Navarro, comparece ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, este martes.
EFE
El director general de Tráfico, Pere Navarro, comparece ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, este martes.

Los nuevos peajes son un "asunto de Estado". Así lo considera el director general de Tráfico, Pere Navarro, que ha pedido al PP que modere sus críticas ante la implantación del sistema de "tarificación por uso" que se prevé para el año 2024. Esta medida fue incluida por el Gobierno en el plan de recuperación enviado a Bruselas para obtener los fondos europeos.

"El peaje es un tema de Estado", ha insistido Navarro en la comisión de Interior, donde ha comparecido este martes para explicar el presupuesto de la DGT para el año 2022. En este sentido, ha instado al Partido Popular a que consideren la importancia que tienen, a su juicio, los peajes "si quieren ser un partido de Estado". En este sentido, también les ha apremiado a que no "rompan todo", refiriéndose a sus críticas. "Cuidado con romper todo con tal de llegar al poder, porque cuando llegue le harán falta", ha reprochado en la misma comparecencia.

No es la primera vez que Navarro se muestra partidario del peaje en las carreteras españolas. Ya en mayo, en la misma comisión aseguró que "había que ponerle el cascabel al gato" y que la conversación de las carreteras no podía ir a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. "El que lo usa lo paga", enfatizó entonces, usando un argumento que también deslizó el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, cuando se hizo pública la idea del Gobierno. 

Un sistema aún por definir

Con todo, el sistema de peajes que prevé implantar el Gobierno está aún por decidir. El Secretario General de Infraestructuras, Sergio Vázquez, reconoció la semana pasada que las intenciones del Ejecutivo no han variado y que continúan trabajando en la implantación de los nuevos peajes, una medida que también podría abrir una brecha en el Gobierno, ya que Unidas Podemos se opone: "Que quede claro: nosotros no apoyaremos ninguna medida que haga pagar a la gente trabajadora. O se mantienen gratuitas, o se exime del pago a rentas bajas y medias, a transportistas y otros profesionales", dijo su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique.

Con todo, Vázquez insistió en que no se le tenía que llamar "peaje" porque "la gente piensa en unas tarifas similares a las de las autopistas que se pagan hoy". Esto también lo repitió Raquel Sánchez, ministra de Transportes, aunque sin llegar a clarificar cómo pretende imponer el pago por uso en las carreteras españolas. A día de hoy la alternativa más plausible parece un sistema similar al portugués, en el que el cobro por uso dependerá de los kilómetros recorridos por cada vehículo, en vez de tener que abonar tarifas mensuales o anuales.

Así, se instalarían en las carreteras cámaras de control de matrículas que deberían estar dadas de alta en una base de datos y tener una forma de pago asociada. El coste de cada kilómetro podría rondar un céntimo, una cifra que fuentes del Gobierno admitieron que encaja mejor en sus planes que los cálculos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras (Seopan) o la de la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (Acex), que sugirieron un coste para el usuario de entre tres y cinco céntimos por kilómetro. Si el coste final fuera de un céntimo por kilómetro, un viaje Madrid-Valencia costaría en torno a 3,60 euros; un Madrid-Sevilla, unos 5,30 euros; y un Madrid-Barcelona saldría por hasta 6,20 euros. El importe se destinaría a la conservación de la red viaria.

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