Jada Pinkett Smith y su hija Willow querían pasan por el quirófano para tener un 'culo brasileño'

Willow Smith y Jada Pinkett en un evento en 2016.
Willow Smith y Jada Pinkett en un evento en 2016.
GTRES
Willow Smith y Jada Pinkett en un evento en 2016.

Madre e hija no pueden estar más unidas. Es cierto que ahora Jada Pinkett y Willow Smith viven en casas separadas (por eso a la joven de 20 años no le afectó el incendio que hace poco se vivió en la mansión de sus padres), pero ello no quita para que estén continuamente dándose muestras de cariño, como cuando recientemente la actriz de 50 años se rapó la cabeza como su pequeña. Sin embargo, hay planes que finalmente no salieron.

O salieron de culo, si se quiere decir así. Porque ambas acaban de revelar que estuvieron a punto de operarse el trasero a la vez. Querían hacerse una BBL, es decir, un Brasilian Butt Lifting. Este lifting de glúteos brasileño realza las nalgas a la manera de, claro, la anatomía sudamericana.

"Me alegro de que estemos aquí hablando de esto hoy, de las BBL, porque yo estuve considerando hacerme una", explicó en el programa que conduce en Faecebook, Red Table Talk, la intérprete de la saga Matrix, algo que no solo confirmó su hija sino que dio aún más detalles de qué es lo que esperaban conseguir y de por qué finalmente no llegó a buen puerto.

"¡Yo también! Me planteé hacerme una [BBL] pequeñita, pero luego me metí en el gimnasio y me la hice de todas formas", reconoció la modelo y cantante delante también de su abuela, Adrienne Banfield-Norris. Jada acabó explicando que mejor que pasar por el quirófano era "conseguirse un trasero" una misma.

"Yo se lo dije. Le pregunté: '¿Quieres un trasero?'. Y continué: 'Si hay algo que tu madre sabe hacer es conseguirse un trasero. Y lo consigues hasta tal punto que que la gente acaba pensando que te lo has operado'", añadió Jada ante las mujeres de su familia, con quienes no deja de hacer planes y en mayo se tatuaban las tres una flor de loto floreciendo.

"Yo es que siento que siempre hay mucha más presión sobre la mujer para que se la vea de una manera concreta", aseguró Banfield-Norris mientras su hija asentía. "Sabes que solo se trata de la juventud, así que para alguien como yo, la lucha ha sido muy real. Es como ponerse botox: luego llega un momento en el que te preguntas cuánto más te vas aponer, casi se vuelve adictivo", explicó.

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