Inmunizados con una dosis, pero sin poder viajar al extranjero: "Mi certificado no vale aunque ponga pauta completa"

Archivo - Control de pasajeros en un aeropuerto de Canarias
Control de pasajeros en un aeropuerto de Canarias
GOBIERNO DE CANARIAS - Archivo
Archivo - Control de pasajeros en un aeropuerto de Canarias

Claudia García iba a pasar en julio unos días en Malta con su amiga, pero se quedó en tierra. Tenía todo en orden, al menos todo lo que España establece para obtener el certificado de vacunación, y aun así no la dejaron embarcar. Atónita, tuvo que deshacer la maleta después de que le notificaran que la única dosis que ella había recibido por haber estado contagiada anteriormente no era suficiente para entrar al país. Con una mezcla de impotencia e incomprensión, tuvo que renunciar a su viaje, pese a constar en el documento que ya contaba con la pauta completa de vacunación. 

Su situación, que ha resultado ser la de muchos, es fruto de la disparidad de criterios de cada país a la hora de dejar pasar a los viajeros en sus fronteras. La Unión Europea (UE) implantó el Certificado Covid precisamente con el objetivo de uniformar los requisitos: acreditar, o bien que se está completamente vacunado, que se ha pasado la enfermedad o presentar una prueba negativa. Pero muchos han decidido ir por su cuenta y endurecer los criterios. 

"Estaba ya en la puerta de embarque cuando la azafata me dijo que lo sentía, pero que no podía viajar. Me explicó que solo tengo una dosis, y que para Malta eso no sirve, por mucho que en mi certificado ponga pauta completa", explica a 20minutos Claudia García, una madrileña de 27 años a quien le inocularon en julio la primera y única dosis del suero de Pfizer por haberse contagiado meses antes.

Y es que en España, a cualquier menor de 65 años que haya pasado la enfermedad solo se le administra una dosis de la vacuna contra la covid -salvo que la infección se produzca en el periodo de tiempo entre la primera y segunda dosis, en ese caso recibirá ambas-. Según la estrategia de vacunación, las evidencias científicas demuestran que los anticuerpos adquiridos al haberse contagiado, combinados con los que proporciona una dosis de la vacuna, son suficientes para otorgar protección frente al virus y, por tanto, para considerar que la pauta está completa. 

Sin embargo, desde el pasado 14 de julio Malta solo da por buenos los certificados que acrediten haber recibido las dos dosis de la vacuna (una en el caso de la de Janssen). También permite la entrada al país si se presenta una PCR negativa, pero en este caso obligan a guardar cuarentena de 14 días en un hotel asignado por las autoridades sanitarias. 

Es el país de la UE más inflexible respecto a los requisitos de entrada a extranjeros, pero lo cierto es que gran parte de la población ignora que hay otras opciones, más allá del certificado de vacunación, que pueden presentarse en los controles. 

Pocos países, como Bélgica, Noruega o Croacia, especifican claramente que, para los que han contraído el virus SARS-CoV-2 en los últimos seis meses, se acepta una sola dosis de la vacuna. Pero absolutamente todos (menos Malta), admiten el certificado de recuperación que avala haber pasado la enfermedad en los últimos 180 días. No obstante, este documento también ha suscitado polémica. Mucha persona e han quedado en el limbo porque fueron diagnosticadas con una prueba de antígenos y no con una PCR, que es la única dada por válida para obtener el certificado.

Madrid permite excepciones

Marta Cuéllar se anticipó a todo esto. Habiendo escuchado casos parecidos al de García y leído quejas en redes sociales, la joven de 23 años decidió presentarse en uno de los centros de vacunación de la capital para exigir una segunda dosis. Así, gracias a su perseverancia, la valenciana, que vive en Madrid por trabajo, consiguió finalmente su objetivo, pese a no cumplir entonces con los criterios.

"Tengo un viaje previsto a Islandia y me preocupaba que me pidieran las dos dosis", explica a 20minutos. Con toda la documentación en mano, Cuéllar acudió el 7 de septiembre al Wizink, donde ya se estaba vacunando sin cita previa. "Fui, di mis datos y expliqué mi caso, que como no sabía si me pondrían problemas, quería asegurarme de tener dos dosis. Al principio no me creyeron y me pidieron pruebas, así que enseñé el billete de avión y me dijeron que podía recibir la segunda dosis porque el día anterior habían aprobado ya un protocolo específico para viajes", afirma.

Ese protocolo del que le hablaron entonces a Cuéllar es el que precisamente se anunció el pasado martes. Tras haber recibido múltiples quejas de personas que, como Claudia García, no podían viajar al extranjero por faltarles una dosis, el gobierno madrileño decidió cambiar el criterio. Fuentes de la Consejería de Sanidad explican a 20minutos que algunos de los destinos que más complicaciones estaban poniendo eran, entre otros: "Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, países escandinavos y Malta".

Ahora se permite la administración de segundas dosis a los menores de 65 años que hayan superado la enfermedad (a los mayores de esa edad se les inocula independientemente de si han estado contagiados o no). Eso sí, se hará bajo una única condición: que se acredite que necesitan la segunda dosis para entrar a un país que así lo exija.

Una "paradoja" que complica la situación

Una dosis, dos dosis, tres… El debate sobre el número de pinchazos necesarios para adquirir una inmunidad suficiente frente al virus lleva abierto desde que se empezó a vacunar a la población. De hecho, hay países que han decidido incluso inocular una tercera dosis de refuerzo ante la aparición de nuevas variantes mucho más contagiosas. No obstante, los expertos siguen concluyendo que, para aquellas personas que no tengan ninguna enfermedad inmunosupresora, dos dosis (una para contagiados previamente) es una cantidad efectiva para protegerse frente a la enfermedad.

Así, si una persona que estuvo contagiada de coronavirus antes de inmunizarse recibe la segunda dosis de la vacuna, la inmunidad adquirida sería equivalente a haber recibido una tercera dosis. Pero el principal problema es que todavía no hay datos suficientes que avalen esa dosis de refuerzo. "La cuestión es que si tú haces una vacunación sistemática con dos dosis, realmente estás exponiendo a una parte de la población a un posible efecto adverso de forma innecesaria. Hasta tal punto es esto que por ejemplo en Francia han estado haciendo serologías a la población joven para evitar vacunar con dos dosis a los que habían pasado la enfermedad sin saberlo", detalla a 20minutos el vocal de la Asociación Española de Vacunología, Jaime Jesús Pérez.

Esto no quiere decir que este sea el camino a seguir, pues incide el experto que "es una cuestión que complica mucho la logística de la campaña de vacunación", por lo que lo más prudente sería mantener la pauta completa de los que han estado contagiados en una sola dosis. "Aunque la situación es muy paradójica, porque hay países que solo tienen una dosis, países que dos, y luego hay algunos que exigen en función de sus propios criterios, que resultan no ser a veces los del país de origen. Con lo cual evidentemente complica mucho la situación", reconoce Pérez.

Al final, añade, hay que tener en cuenta que las pautas van a ir variando, y podrá llegar el caso de que haya países concretos que incluso exijan tres dosis para entrar al país. "Esto va a ir complicándose, especialmente mientras la pandemia siga suponiendo un gran quebranto para los servicios sanitarios y la salud de las personas. Cuando consigamos controlar eso, yo creo que las medidas se van a ir relajando", añade. Concluye el experto asegurando que lo más probable es que, al final, el criterio que se siga con los que solo han recibido una dosis, será muy parecido al que se aplique con las personas a las que se les tenga que administrar una tercera dosis.

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