En una rueda de prensa, el responsable comarcal del BNG, Manuel Caride, ha señalado que cualquier propuesta sobre el abastecimiento de agua en la zona debe pivotar sobre dos principios: la garantía del suministro y los criterios de sostenibilidad ambiental.

Al respecto, ha incidido en que el problema no es la falta de recurso, sino las escasas inversiones tanto por parte de la Xunta como del Ayuntamiento de Vigo en la red de abastecimiento, para solventar, entre otras cuestiones, las pérdidas de agua que se producen en las conducciones. Por ello, ha reclamado un plan comarcal que contemple medidas de eficiencia y que minimice las consecuencias de posibles períodos de sequía, y ha incidido en el rechazo a nuevos embalses o trasvases.

El portavoz del BNG en el Ayuntamiento de Vigo, Xabier Pérez Igrexas, ha señalado que las alternativas puestas sobre la mesa por el estudio cofinanciado por Gobierno, Xunta y Ayuntamiento suponen soluciones "viejas e insostenibles" y ha apostado por un nuevo modelo caracterizado por un decálogo de medidas.

DECÁLOGO DE MEDIDAS

Así, la formación nacionalista ha propuesto que se haga una gestión mancomunada del recurso, a través de un ente metropolitano de titularidad pública.

El decálogo contempla también la realización de una auditoría de toda la red de abastecimiento para eliminar las pérdidas de agua en las conducciones. Asimismo, ha reclamado obras de mejora en el abastecimiento de Vigo, empezando por la modernización de la estación potabilizadora de O Casal (obra cuyo proyecto acaba de ser anunciado por el gobierno local, con una inversión de 22,8 millones de euros, que correrá a cargo de la concesionaria Aqualia), aunque ha advertido de que una actuación de ese calibre no debe financiarse "con cargo al recibo" de los vigueses.

El BNG ha planteado también que se actúe para mejorar la eficacia del resto de potabilizadoras de la comarca, que se aprueben y ejecuten planes municipales de ahorro y eficiencia, o que se optimicen las captaciones, se recuperen acuíferos y se coopere con las comunidades y traídas vecinales.

Finalmente, el decálogo presentado incluye medidas como el uso de recursos de agua subterráneos (que no estén en zonas vulnerables); la reutilización de aguas residuales para usos urbanos (riesgos y baldeos), industriales y agrícolas; el aprovechamiento de aguas pluviales y su separación de las residuales, para mejorar la depuración; o promover una auditoría de la "hidroeficiencia" en parques y polígonos industriales.