Por segundo año consecutivo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a La Mareta, residencia oficial de Patrimonio Nacional ubicada en la isla de Lanzarote, donde se encuentra disfrutando desde el pasado miércoles de unos días de descanso junto a su familia.
Acompañado de su mujer, Begoña Gómez, y sus hijas, Carlota y Ainhoa, así como su perra Turca, el líder del Ejecutivo ha vuelto a elegir este palacete después de que ya el año pasado fuera objeto de polémica.
Hace exactamente un año, el rey emérito don Juan Carlos se marchaba al extranjero, lo que provocó una situación convulsa en el panorama político nacional. Un año después, el monarca continúa en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) y Sánchez no ha aclarado todavía si se dan las condiciones para su vuelta a España, ya que está investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por sus presuntos negocios ocultos en el extranjero y por Hacienda tras las dos regularizaciones fiscales cumplimentadas.
Curiosamente, el palacete donde se encuentra pasando sus vacaciones el presidente del Gobierno fue un regalo del rey Juan Carlos a Patrimonio Nacional.
Esta residencia oficial, situada en la costa turística del municipio de Teguisse, fue mandada construir a finales de los años 70 por el rey Hussein de Jordania, aunque el monarca hachemita nunca se hospedó allí.
En 1989 se lo regaló al rey Juan Carlos I, que decidió donárselo a Patrimonio Nacional. De este modo, La Mareta forma parte de los 24 palacios, monasterios, conventos y otras edificaciones que pertenecen a los Reales Sitios, al servicio de la Jefatura del Estado.
En 2015, La Mareta se puso al servicio de los intereses turísticos de España por deseo del rey Felipe VI. El objetivo era que la usaran mandatarios internacionales para que estas estancias sirvieran para promocionar la isla de Lanzarote y las Canarias en general.
Esta es la tercera vez que Pedro Sánchez se aloja en La Mareta, tras las vacaciones de 2020 y la Navidad de 2018. Antes que Sánchez, la familia real frecuentaba La Mareta como lugar de vacaciones. Otros expresidentes del Gobierno, como Aznar o Zapatero, también se encuentran entre los hospedados en esta mansión.
El palacete, diseñado por el arquitecto Fernando Higueras y el famoso pintor César Manrique, cuenta con una zona para invitados, canchas deportivas, piscina, helipuerto y acceso directo al mar.
La residencia oficial consiste en una vivienda principal, de color blanco y grandes ventanales que miran al mar.
Además, cuenta con 30.900 metros de terreno por los que pasear, así como dos piscinas, canchas de deporte y un jardín central con un lago.
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