Olga Moreno se ha convertido, con permiso de los carrasquistas, en la ganadora de la última edición de Supervivientes. Un triunfo que resulta agridulce en las instalaciones de Mediaset donde, hasta la fecha, cierran filas en torno a Rocío Carrasco.

La audiencia del reality ha premiado su esfuerzo, sus indiscutibles capacidades para la supervivencia, pero ha omitido u olvidado las trampas protagonizadas -con robo de comida incluido- así como las recurrentes alusiones a los hijos de su marido. Buscó y encontró.

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Olga supo exprimir el papel de víctima incluso en la noche de la final donde sus hijastros le rindieron una pleitesía incómoda. Resultó forzado y desagradable ver al niño David empujado a un show que fue novedad y que no representó cuando su hermana volvió del mismo concurso, ni siquiera cuando su padre fue echado de la casa de cristal.

En cualquier caso, es evidente que a Moreno le ha salido a cuenta tanta polémica, pues además de los 200.000 euros del cheque final, la malagueña se habría embolsado otros 200.000 euros.

Una cantidad que ha sido suficiente para que Antonio David haya pasado de los insultos y desprecios a las loas y reconocimientos a esa cadena que, para él, cambia de lobo a caperucita dependiendo de los ceros en la oferta.

Bajada de pololos en toda regla ahora que Telecinco tiene previsto emitir un especial con su mujer como protagonista. Los mentideros ya especulan con que la empresaria podría facturar entre 60.000 y 70.000 euros por una entrevista que será inicio o seguidilla pero nunca final.