La pandemia eleva un 20% el porcentaje de ninis y sitúa a España como el tercer país con la tasa más elevada de la UE

Una pareja de jóvenes disfruta de un soleado día en un parque de Madrid.
Un soleado día en un parque de Madrid.
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Una pareja de jóvenes disfruta de un soleado día en un parque de Madrid.

La pandemia ha disparado la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan en España como en ningún otro país de la Unión Europea. Según datos de Eurostat hechos públicos este miércoles, la tasa de ninis españoles de entre 20 y 34 años se disparó el año pasado en 3,6 puntos, pasando del 18,7% registrado en 2019 hasta un 22,3% en 2020, un repunte del 19,3% interanual.

Ese incremento es el más alto registrado en cualquier Estado de la UE el primer año de pandemia y sitúa a España como el tercer Estado del club comunitario con mayor porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, solo por detrás de Italia (29,4%) y Grecia (25,9%). 

Este tercer puesto es la posición más elevada que jamás haya ocupado España en el ranking europeo en toda la serie histórica, que se remonta al año 2000. La crisis del coronavirus ha provocado que el país escalara desde la sexta posición que ocupaba hace dos años hasta la tercera el año pasado y ha ensanchado hasta los 4,7 puntos la brecha con la media comunitaria, que se alzó al 17,6% de los jóvenes en este grupo de edad. De hecho, la tasa española ha repuntado el triple entre 2019 y 2020 que la media de la UE (un 3,6 frente a un 1,2).

Nunca desde la crisis económica de 2008 se había registrado un incremento tan elevado en la población de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Entonces, la proporción se elevó 5,5 puntos entre 2009 y 2008 y creció ininterrumpidamente durante los años de recesión, una tendencia al alza que se prolongó hasta 2014 cuando la tasa alcanzó su máximo histórico de un 27,4%. Desde 2014 y hasta que llegó la pandemia las cifras de ninis habían caído con fuerza hasta casi recuperar los niveles anteriores a 2008, pero la Covid ha devuelto la tasa a registros que no se veían en desde hacía cuatro años.

Como ocurre a menudo con otros indicadores socioeconómicos en la Unión Europea, las diferencias entre los países del norte y del sur son muy acentuadas. Los primeros tienen las tasas más reducidas del club comunitario. Países Bajos (8,2%), Suecia (8,8%) y Luxemburgo (9,6%) ocupan los últimos puestos en porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, mientras que Italia, Grecia o España duplican e incluso triplican los registros de sus vecinos del norte. 

El aumento en el número de ninis tiene mucho que ver con el deterioro que ha sufrido el mercado laboral español durante la pandemia, que ha disparado el desempleo especialmente entre los jóvenes, con una tasa del 36,9% en menores de 25 años el pasado mayo. Y es que el perfil de los ninis españoles está claramente marcado por las dificultades que tienen para encontrar trabajo. 

El 17,3% de los jóvenes españoles entre 20 y 34 años no estudia ni tiene un empleo pero en cambio sí que le gustaría trabajar, lo que representa la tercera tasa más elevada de la UE. Por otro lado, solo el 5% de los ninis afirma no querer trabajar, una tasa inferior a la media comunitaria y de las más bajas de la UE. 

Una cuestión de género

El género condiciona de forma determinante los niveles de jóvenes desempleados y que tampoco estudian. En todos los países de la UE son más las mujeres ninis que los hombres, una brecha de género que oscila entre los 24,2 puntos de diferencia de República Checa hasta los 0,6 de Portugal, el país más paritario de la UE.

En este aspecto España se encuentra en el grupo de países con mayor igualdad entre hombres y mujeres: mientras que el 20,6% de los varones jóvenes entre 20 y 34 años son ninis, el 23,9% de las mujeres cumplen esta condición, una diferencia de 3,3 puntos, bastante alejada de la media comunitaria de 7,7.

Además, la brecha de género se acentúa según las mujeres se acercan a la maternidad. Mientras que en el grupo de 20 a 24 años, la tasa de hombres ninis es mayor que la de las mujeres, en la cohorte de 25 a 29 son más las mujeres jóvenes que no trabajan ni estudian (3,3 puntos de diferencia). La brecha se dispara en el grupo entre 30 y 34 años (8 puntos), en el que se encuentra la edad media de maternidad en España, fue de 32,3 años en 2020.

Eurostat asocia este patrón, que se repite en toda Europa, "al creciente número de mujeres que posponen la maternidad, la baja proporción de hombres que interrumpen sus carreras para cuidar de la familia" y las dificultades que enfrentan las mujeres que tratan de conciliar su carrera profesional con la maternidad.

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