Entrevista | Graciano Palomo: "El estilo de Redondo, aprendido de la derecha de EEUU, es destruir al adversario"

  • El periodista acaba de publicar 'Iván Redondo, el manipulador de emociones'.
  • ​Asegura que en cinco siglos nunca ha habido un jefe de gabinete con tanto poder en la Presidencia.
  • ​Considera que el "declive" de Redondo ha comenzado tras la derrota del PSOE frente a Isabel Díaz Ayuso.
El periodista y escritor Graciano Palomo.
El periodista y escritor Graciano Palomo.
Jorge París
El periodista y escritor Graciano Palomo.

Graciano Palomo (Villanueva de Gumiel, Burgos, 1951) acaba de publicar Iván Redondo, el manipulador de emociones, (La Esfera de los Libros) donde analiza de forma pormenorizada la figura del jefe de gabinete del presidente Sánchez. De ritmo ágil y plagado de anécdotas y documentación, el libro –el decimosexto que publica– aborda en detalle el estilo y la trayectoria de Redondo, desde que comenzó a trabajar con candidatos del PP hasta que alcanzó la Moncloa donde, según el autor, ha creado "un Gobierno paralelo".

¿Por qué un libro sobre Iván Redondo? ¿Qué tiene de particular?

Porque desde Antonio Pérez, secretario de Estado de Felipe II –y de eso han pasado cinco siglos–, jamás ha habido en la Presidencia del Gobierno un director de gabinete con tanto poder. Sin modificar una coma de la Constitución ha revolucionado la estructura del poder gubernamental, ha creado un Gobierno paralelo al Consejo de Ministros –que ha convertido en una suerte de colección de subsecretarios– y se ha convertido, de facto, en un primer ministro.

¿Cuáles son los orígenes de Redondo?

Cuando era un joven de San Sebastián, y mientras su compañeros jugaban al fútbol para llegar a ser jugadores de la Real o el Athletic, él dedicaba su tiempo a ver discursos de Felipe González y decía que quería ser presidente del Gobierno. Es extraordinariamente trabajador, tiene orden y método –aunque menos lecturas intelectuales de lo que parece–, y se ha visto todas las teleseries americanas –desde El ala oeste de la Casa Blanca hasta House of Cards– y algunas mexicanas. De hecho, se parece más a un asesor mexicano.

Inicialmente trabajó con candidatos del PP...

Sí. Empezó a trabajar con el PP, un partido con el que se mimetizó. Algunos le acusaron de plagiario. Por ejemplo, para la campaña de Antonio Basagoiti [candidato en el País Vasco en 2008], copió casi literalmente el concepto de "política pop" de Bill Richardson, senador por Nuevo México. Y para Xavier García Albiol [candidato a la Alcaldía de Badalona] hizo una campaña durísima, con tintes xenófobos, que asustó a Génova, 13, donde estaban Rajoy y Moragas. Por eso, cuando se intenta subir al carro de Rajoy en 2011, Moragas lo rechaza.

En el libro sostiene que Génova fue "el sueño inalcanzable" de Redondo. ¿Explica eso su giro del PP al PSOE?

Creo que tiene algo de venganza. Es verdad que necesitaba un trabajo después de perder con Monago, pero quedó muy tocado cuando no le dejaron entrar en Génova. Creo que sí hay algo parecido a un "ahora os vais a enterar". 

¿Realmente ha conseguido tanto poder? ¿Cómo lo hace?

Es evidente que lo ha conseguido. Lo tiene porque en 2017 Sánchez estaba desahuciado y él se había quedado sin trabajo tras perder las elecciones con Monago. Entonces se ofreció gratis, ayudó a Sánchez a conseguir la Secretaría General del PSOE y luego le convirtió en presidente con una moción que él ideó y negoció con el PNV, que fue el decapitador de Rajoy. Redondo tiene una obsesión por el poder. Le gusta tener hilo directo entre el jefe supremo y él, y liquida todo lo que hay a su alrededor. Su estilo, aprendido de los spin doctors de la derecha republicana norteamericana, es destruir al adversario con mano de hierro. Lo hizo en Extremadura con Guillermo Fernández Vara, lo intenta ahora con Pablo Casado y lo ha intentado con Ayuso...

En Madrid no funcionó...

En la campaña de Madrid, por ejemplo, cogió a un tipo serio e intelectualmente muy sólido, como Ángel Gabilondo, y lo convirtió en un guiñol. Se piensan que todo funciona desde el algoritmo y despreciaron el sentimiento antisanchista, como ahora están despreciando la [manifestación de la] plaza de Colón. Despreciaron la realidad del pueblo y se pensaron que Ayuso se iba a meter debajo de la mesa. Intentaron desprestigiarla diciendo que estaba loca, pero se encontraron con una chica –no excesivamente leída– que plantaba cara después de los 90 días de confinamiento, y de un Gobierno que no daba explicaciones y que repartió 16.000 millones a sus amiguetes. Ese sentimiento se unió en torno a Ayuso. Les perdió la prepotencia del algoritmo y creo que les va a pasar lo mismo con Casado.

En las elecciones madrileñas se habló mucho del papel de Miguel Ángel Rodríguez [jefe de gabinete de Ayuso]. ¿Qué destacaría de su figura?

Iván es vaticanesco, sibilino, jesuítico, carlistón. Miguel Ángel es bronco, echado adelante, castellano, pero no menos inteligente. Tiene la experiencia de Aznar y siempre sale a golear, porque entiende que en política no vale el catenaccio. Tiene menos glamour, pero te diría que Rodríguez es más democrático en la utilización del poder: le puedes no gustar, pero no intenta destruirte. Iván sí: no te mira a los ojos e intenta destruirte.

En cambio, la campaña catalana, con Salvador Illa, le salió bien...

Sí, le funcionó. Mi impresión es que el presidente trabaja poco y Redondo es un chollo: se levanta a las cinco de la mañana y tiene montado un enorme aparato. Sánchez le dice "oye, arréglame esto", y él le propuso a Illa y tuvo un gran éxito. Redondo tiene todo el poder, los ministros están a sus órdenes y, por ejemplo, cuando se produjo la fusión Caixabank-Bankia, un asunto de máxima importancia, sólo estaban enterados Sánchez, la ministra de Economía y Redondo. El resto [de ministros] no tenían ni idea. Podría ponerte más ejemplos, y la prueba de ello es su colisión con Carmen Calvo.

El periodista y escrito Graciano Palomo.
El periodista y escrito Graciano Palomo.
Jorge París

¿Cree que es un peligro que los asesores acumulen tanto poder?

Es el signo de los tiempos. Siempre ha habido rasputines. En el caso de Redondo, es cortoplacista y ha logrado un aparato inmenso que pagamos todos. Estos personajes crecen junto a aspirantes al poder que no tienen lecturas ni preparación técnica. Con candidatos sólidos tendrían imposible hacer carrera.  En Berlín, París, Ámsterdam, Washington, Dinamarca o Finlandia... ¿podría subsistir alguien que ejecutó una moción de censura contra Rajoy por los papeles de Bárcenas y que aparece en esos mismos papeles, cobrando 130.000 euros más que Rajoy? Yo creo que no.

¿Cómo es la relación de Redondo con los medios?

Les da una importancia capital. Tiene obsesión por los medios, sobre todo por los críticos, y tiene hilo directo con los editores y con los grandes comunicadores televisivos, a los que llama constantemente. Su control es absoluto: hay gente que desaparece de pronto tras 10 años en una tertulia, o columnistas que se quedan sin trabajo 15 años después. A Iván le gusta que le bailen el agua y, si no lo haces, te destruye si puede.

¿Qué futuro le augura?

Está enfrentado a muerte con Carmen Calvo, que es de armas tomar, y creo que su declive ha empezado con Ayuso. Acaba de conseguir una victoria en Andalucía [en las primarias en las que Juan Espadas se impuso a Susana Díaz], y si consigue cargarse a Casado puede tener un respiro pero, si no, lo dudo. Al PP extremeño lo destrozó y con el PSOE es probable que ocurra lo mismo.

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