El juez Pedraz rechaza acordar prisión preventiva o retirar el pasaporte a Ghali, y las acusaciones ven riesgo de fuga

Archivo - El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.
Archivo - El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.
DPA vía Europa Press
Archivo - El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.
El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.
EFE

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha rechazado adoptar medidas cautelares contra el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, más allá de solicitar un teléfono y una dirección postal para poder localizarle. El magistrado se niega así a la retirada del pasaporte o su detención preventiva. El motivo es que no aprecia el riesgo de fuga que denuncia la abogada de la acusación particular, María José Malagón. Tampoco la Fiscalía creía que se le debiese retirar el pasaporte, mientras que la defensa de Ghali ha insistido en que las acusaciones son “políticas”.

Según han confirmado fuentes de la Audiencia Nacional tras la declaración de Ghali por videoconferencia desde el hospital de Logroño en el que está ingresado, Pedraz ha notificado en sendos autos que “no consta dato alguno” que sostenga la teoría de la defensa, que insiste en el riesgo de fuga del líder del Polisario. A favor del acusado, el magistrado recuerda que se ha personado en la causa y ha accedido a declarar “en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos investigados”.

El juez señala, además, que la acusación “no ha suministrado elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos para creerle responsable de delito alguno”. "He pedido la prisión preventiva, pero el juez me la ha denegado", ha confirmado Malagón ante las preguntas de los periodistas, que esperaban a las afueras de la Audiencia al ser la vista a puerta cerrada.

La abogada representa al activista saharaui con nacionalidad española Fabel Breica, que se querelló contra Ghali por delitos de detención ilegal, torturas y lesa humanidad. "Las torturas están más que confirmadas", ha dicho la representante de Breica, que asegura que en 2019 fue amenazado y torturado por miembros del Polisario para que abandonara el campamento, situado en el Sáhara Occidental.

Ghali, en cambio, ha rechazado ante Pedraz todas las acusaciones. Su letrado, Manuel Ollé, ha asegurado que la declaración del líder del Polisario, considerado un enemigo por Marruecos por su defensa de la autodeterminación del Sáhara, ha valido para "demostrar" que son "absolutamente inciertos y falsos" los hechos de los que se le acusa. Breica, en todo caso, no es el único que se ha querellado contra Ghali, sino que también lo hizo en 2008 la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadeh), que le acusa de haber cometido un genocidio. El propio juez Pedraz, en otro auto fechado el pasado viernes, señaló que era "totalmente desmedido" afirmar que hubiese cometido "crímenes atroces contra la humanidad".

La otra línea de la defensa para desacreditar a las acusaciones ha sido asegurar que el motivo de las querellas es “político”, pues buscan, en su opinión, minar la credibilidad del Frente Polisario, que reclama desde hace décadas la autodeterminación del Sáhara Occidental. El líder del Polisario entró en territorio patrio el pasado 18 de abril. Lo hizo por aire, tras llegar a Zaragoza desde Argel en un avión medicalizado. Después, fue ingresado en el Hospital de Logroño en estado grave bajo una identidad falsa. No fue hasta el 23 de abril cuando se confirmó su presencia, lo que derivó en una crisis diplomática con Marruecos que provocó la entrada en Ceuta de al menos 10.000 migrantes, de los que unos 8.000 han sido ya devueltos.

La entrada de Ghali en España también ha sido objeto de discusión entre defensa y acusaciones. Ollé ha asegurado que el líder del Polisario “no vino escondido”, pues entró con su pasaporte. “Y lo hizo más cerca de la muerte que de la vida”, ha añadido. Ese estado de salud también lo ha remarcado el juez en sus autos, argumentando que la no existencia del riesgo de fuga también se sustenta al tener en cuenta que la defensa no ha solicitado posponer la declaración del investigado “incluso a la vista de su estado de salud, que bien se lo hubiera permitido”.

Malagón, en cambio, ha dudado de que se encuentre tan mal. Además, la abogada también ha rechazado que, como argumenta la defensa, su querella tenga detrás fines políticos. “No sé ni dónde está Marruecos”, ha señalado a los periodistas, a los que ha avanzado que aportarán pruebas médicas de las torturas, aunque, a su juicio, debería bastar con el relato de su defendido, “que narra las torturas con la coherencia suficiente para mermar la presunción de inocencia” de Ghali.

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