¿Tiene un límite la esperanza de vida humana? Una nueva investigación cree que sí, y que este límite alcanzaría los 150 años de vida.

El estudio, publicado en Nature Communications, se basa en la idea del envejecimiento biológico o senescencia, es decir, la rapidez con la que se deteriora el cuerpo, que puede coincidir o no con la edad cronológica de la persona.

Para ello, los investigadores desarrollaron una nueva forma de interpretar las fluctuaciones en la cantidad de diferentes tipos de células sanguíneas, lo que denominaron indicador del estado dinámico del organismo (DOSI, por sus siglas en inglés).

Según han observado los científicos, con el paso del tiempo la capacidad de recuperación del cuerpo humano disminuye lentamente, lo que explica que las personas mayores tarden más en recuperarse de enfermedades y lesiones, informa Science Alert.

Para los investigadores, el indicador DOSI es un método fiable para mostrar cuándo esa capacidad de recuperación se debilitaría por completo.

Tal y como explican en el artículo de Nature Communications, "la extrapolación de esta tendencia sugirió que el tiempo de recuperación de DOSI y la diferencia divergirían simultáneamente en un punto crítico de 120-150 años de edad, lo que corresponde a una pérdida completa de resiliencia".

Los investigadores analizaron para ello las células sanguíneas de más de medio millón de personas extraídas de bases de datos de investigación del Reino Unido, EE UU y Rusia, y para asegurarse de que fuera un buen indicador general de la salud y la recuperación general, el equipo utilizó los datos del recuento de pasos de más de 4.500 personas.

A partir de estos datos, los científicos descubrieron un cambio en las trayectorias de envejecimiento desde los 35 años en adelante, y a partir de los 65 años en adelante.

Este nuevo análisis va en línea con estudios anteriores que ya mencionaron que la vida útil máxima de los seres humanos se encontraba entre los 120-140 años.

Hasta la fecha, la persona más longeva de la historia que se haya documentado ha sido la francesa Jeanne Louise Calment, que murió en 1997 a la edad de 122 años.

Los investigadores concluyen su estudio asegurando que "la criticidad que resulta en el final de la vida es una propiedad biológica intrínseca de un organismo que es independiente de los factores de estrés y significa un límite fundamental o absoluto de la esperanza de vida humana".