Fortalezas y análisis de Vox con su candidata Rocío Monasterio para el 4-M

  • Vox sale el 4-M a consolidar el auge que firmaron en Cataluña para que la derecha vuelva a sumar en Madrid
  • La formación consiguió 12 diputados en 2019 y este martes espera mejorar ese dato.
  • ENCUESTA | ¿A quién va a votar el 4-M?
La candidata de Vox, Rocío Monasterio, durante un mitin de campaña.
La candidata de Vox, Rocío Monasterio, durante un mitin de campaña.
Vox
La candidata de Vox, Rocío Monasterio, durante un mitin de campaña.

Este domingo se cierrauna de las campañas electorales más intensas y broncas que se recuerdan. Los objetivos de la formaciones para el 4-M son muy diversos. Todas se juegan mucho. En el caso de Vox, entre sus objetivos está consolidar en Madrid el auge que ya consiguió en las últimas elecciones generales (52 diputados), en noviembre de 2019, y en las autonómicas de Cataluña, el pasado febrero, donde irrumpieron con tal fuerza (11 diputados) que se convirtieron en la primera fuerza de la derecha, tras superar a Cs y PP. Si la formación logra que crezcan sus 12 diputados madrileños actuales, la derecha tendrá más posibilidades de sumar para armar un gobierno regional en el que los de Rocío Monasterio serían pieza clave. 

Para cosechar unos buenos resultados en la Comunidad de Madrid, el partido que preside Santiago Abascal ha confiado en los mismos candidatos que presentó en 2019, empezando por la cabeza de lista. En los últimos comicios autonómicos, Vox logró irrumpir en la Asamblea con 12 diputados, una cifra que ahora confían en mejorar, sobre todo porque tanto la número 1 de la papeleta como el resto de candidatos que copan los primeros puestos se han bregado este último año y medio en la política madrileña desde el hemiciclo de Vallecas

La formación elude hablar de las encuestas que les dan un resultado muy similar al de 2019 o un leve crecimiento y prefiere quedarse con lo que ven "en la calle". Y lo que han visto en las dos semanas de campaña han sido mitines muy concurridos, empezando por el primer acto que celebraron, en la 'Plaza Roja' de Vallecas, que quedó totalmente manchado por el lanzamiento de piedras, botellas, huevos y otros objetos a los políticos y simpatizantes por grupos antifascistas contrarios a su presencia en el barrio. 

Aquellos incidentes se saldaron con más de 30 heridos (más de una veintena policías nacionales) y varios detenidos, algunos menores de edad. Los hechos emborronaron el inicio de la carrera hacia la Puerta del Sol y situaron a Vox y Unidas Podemos, formación que los de Abascal consideran instigadora de la violencia que sufrieron al no condenarla, en unas posiciones antagonistas en las que se han mantenido toda la campaña. De hecho, se han ido acentuando a medida que el calendario se acercaba a la fecha marcada en rojo.

Porque la estrategia de Vox durante la campaña ha pasado por confrontar lo justo con la candidata del PP -aunque alguna que otra crítica le ha caído a Isabel Díaz Ayuso, cuya investidura apoyaron los de Abascal en 2019, y a Pablo Casado, que se distanció de la formación al no apoyar la moción de censura que presentaron a Pedro Sánchez el pasado septiembre- para reservarse todas las fuerzas para marcar todas las distancias posibles (y más) con los partidos de izquierda, especialmente con los morados y su cabeza de lista, Pablo Iglesias

Elecciones en Madrid | ¿A quién vas a votar este 4-M?

El culmen de la confrontación llegó mediada la campaña, en un debate en la Ser. Habían pasado unas horas desde que se dieron a conocer que Iglesias, el ministro del Interior y la directora general de la Guardia Civil habían recibido unas cartas con amenazas de muerte y varias balas. Vox dudó de la veracidad de las misivas y el cabeza de lista de Unidas Podemos pidió una rectificación y una condena expresa. Monasterio se negó e instó a Iglesias a abandonar el estudio. Algo que se produjo minutos después y que supuso el fin de los debates para el resto de campaña y la aparición de un abismo entre PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos con Vox. 

Monasterio, lejos de esquivar el rechazo, se ha hecho fuerte en su postura y no dejado de repetir durante sus mítines y entrevistas que sus votos servirán "para frenar a la izquierda", dando a entender que para ella no es esencial entrar en el Gobierno si es que puede sumar con el PP, al que todas las encuestas dan ganador de los comicios. En todo caso, Vox apela a no hacer cábalas y esperar a que los madrileños acudan a las urnas el 4-M y ejerzan su derecho al voto. Con los sufragios emitidos y contabilizados, será el momento de hablar. 

La entrada de Vox en el Gobierno autonómico madrileño, sin duda, sería un cambio de escenario importante, tanto dentro del partido de Abascal como en el PP. Para los primeros supondría un impulso para desarrollar sus propuestas, que han recibido muchas críticas e, incluso, la posibilidad de desplegar en torno a ellas un cordón sanitario. Para los populares, significaría acercarse al partido del que se distanciaron con la moción a Sánchez en el Congreso. Sea como sea, habrá que esperar a la noche del 4-M para despejar estas y otras incógnitas.

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