La imagen de España en el exterior se ha desgastado en los últimos años. Según el barómetro del Real Instituto Elcano de 2021, la valoración de España en el exterior se queda en un 6,3, mientras que en 2018, cuando se publicó el anterior informe, era de 7,1 puntos. En líneas generales, España es un destino atractivo por la oferta turística y por la comida, pero no genera confianza para invertir, y tampoco está bien visto en lo que se refiere a la vida política.

En tres años España ha caído por lo tanto 0,8 puntos, siendo el país que más empeora. Portugal, India y Estados Unidos son los países que nos dan una mejor nota, mientras que Italia y Corea del Sur nos otorgan la valoración más baja. Con todo, y de media, España tiene la segunda nota más alta entre los países analizados, solo superado por Alemania (6,6) y por delante de Italia (6,2) y Francia (6). El país europeo peor visto es el Reino Unido (5,7), que habría acusado el desgaste provocado por el brexit.

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Cuando se analizan las notas de España en aspectos concretos, el informe revela que en extranjero se valoran cuestiones como el atractivo turístico, la gastronomía, la forma de ser de los españoles y sus deportistas, un orden que no ha variado respecto a 2018. En el extremo contrario, la economía y la vida política generan más dudas a nivel internacional, así como el nivel tecnológico.

El informe recoge además que los ciudadanos extranjeros que más han visitado España son los portugueses, los franceses, los holandeses, seguidos de cerca por los italianos y los alemanes. 

Aprueba la gestión española de la pandemia

Sobre la gestión de la pandemia, España es uno de los países que aprueba para la población internacional, igual que China, Rusia o el Reino Unido. Los propios españoles dan un 5,9 de nota a la reacción ante la crisis, mientras que Alemania nos otorga un 6,5. Solo los encuestados de Estados Unidos suspenden (con un 4,2) el papel de las autoridades españolas frente a la Covid-19.

La imagen que los españoles tienen de España es mucho más negativa que la que tienen fuera de nuestras fronteras. Para los españoles, la corrupción, la "debilidad" del país y la pobreza son aspectos que se perciben con especial negatividad. Casi dos tercios de los españoles (64%) definen al país como corrupto (frente al 27% de los europeos que opinan esto sobre España), más de la mitad, un 52% ven a España débil (por un 25% de los europeos), y un 62% la consideran pobre (frente a 43% de los europeos).

Otro rasgo preocupante es el alto porcentaje (41%) que define a España como un país ocioso (frente a trabajador), muy por encima de la media europea (25%). En conjunto, puede decirse que la crisis económica actual ha producido un nuevo retroceso en la autoestima de los españoles.

El cambio climático es la prioridad

El informe también pregunta por los principales retos de España en la política exterior. El 36% pide luchar contra el cambio climático y el 34% llama a invertir en ayuda al desarrollo. Ha caído, en cambio, la preocupación por la inmigración irregular: es una prioridad para el 28% de los ciudadanos, cuando en 2018 lo era para un 36%. El terrorismo islamista era una de las principales preocupaciones en 2018 (el 61% lo consideraba fundamental), pero ahora solo es una prioridad para el 12% de los españoles.

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En cuanto a los socios preferentes a la hora de dar apoyo social frente a la crisis, un 58% de los españoles quieren tener como aliado a Alemania y un 34% opta por Francia. Un 21% apuesta por Portugal. Precisamente, España solo se convierte en aliado favorito para los lusos. Además, es el segundo socio preferido en Francia, en Italia y el tercero en Alemania.

En el barómetro se pregunta además por los objetivos más urgentes de la UE. Para cuatro de cada diez españoles la prioridad debe ser conseguir autonomía frente a las grandes empresas digitales actuales y un 35% piden lograr una mayor independencia comercial y económica respecto a China.

A nivel europeo hay consenso en un rechazo específico a las inversiones procedentes del gigante asiático. Un tercio de los ciudadanos de la UE se decantan en contra de la recepción de inversiones chinas en su país. En el sentido contrario, Estados Unidos es el inversor preferido por casi el 50% de los entrevistados, seguido por Alemania.