El Gobierno asume que el éxito del plan de vacunación pasa por que se cumplan "los compromisos de las farmacéuticas" en la entrega de las dosis. Así lo explicó Pedro Sánchez en el Congreso, durante el debate convocado para rendir cuentas en torno al estado de alarma y dar a conocer las líneas generales del plan de reformas con los fondos de la UE. El presidente del Ejecutivo, en cualquier caso, mantiene que se cumplirá el objetivo del 70% de vacunados para finales de agosto pese a los retrasos en la entrega del suero de Janssen, el último de los contratiempos en la estrategia de vacunación. 

El objetivo, sostuvo Sánchez, es recibir entre abril y junio 38 millones de dosis de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, que son las cuatro vacunas hasta ahora aprobadas por la Unión Europea. Además, según los datos facilitados por Sánchez, "tenemos contratadas más de 87 millones de dosis entre abril y septiembre" y la meta, añadió, es que "cualquier persona que así quiera esté vacunada en este periodo".

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"La capacidad del Sistema Nacional de Salud es sobresaliente", añadió el presidente, al tiempo que reconoció que el proceso es "complejo" y que, desde el principio, estaba contemplada la posibilidad de atravesar "algunos episodios como los que estamos sufriendo". "Pero el beneficio es infinitamente mayor a los costes", remachó el presidente, quien concluyó que los retrasos y la detección de posibles efectos secundarios adversos no implican un "problema de incertidumbre", sino de todo lo contrario, por cuanto demuestran que los controles funcionan.

En palabras de Sánchez, el Gobierno se ha "adaptado" a la información disponible sobre las vacunas y pide ser "serios y rigurosos en las críticas" al Ejecutivo. El presidente pidió dar "garantías a los españoles" y consideró que las cosas "se están haciendo bien".

Carlos Gámez