Del "¡Pero esto qué es!" de Matías Prats al "trabaja en otro programa" de Risto: grandes enfados en directo

Matías Prats y Risto Mejide, en imágenes de archivo.
Matías Prats y Risto Mejide, en imágenes de archivo.
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Matías Prats y Risto Mejide, en imágenes de archivo.

Hacer un programa en directo es un gran reto y conlleva muchas dificultades, pues no hay red de seguridad y cualquier fallo acaba por verse. Eso es especialmente estresante cuando se es el que está frente a la cámara, pero no es menos tenso para quien está detrás. 

Hace tan solo unos días el presentador Risto Mejide se veía en la palestra de la opinión pública después de que en directo y enfadado por un sonido de recurso imapropiado, abroncara al trabajador encargado de los efectos: "Oye, que no me pongas el 'boom', de verdad, tío. Esto no tiene ningún sentido, estoy hablando de cosas muy serias que afectan a mucha gente. Si no lo entiendes, trabaja en otro programa", decía en directo. 

¿Es lícito que los presentadores resuelvan en directo este tipo de asuntos sin que los trabajadores puedan siquiera hacer alegaciones? Ese es el debate público. 

El de Mejide es solo un ejemplo. Todo el mundo recuerda, y cabe hacer la salvedad de que aquí no hubo humillación a nadie, el enfado de Matías Prats en 1998, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de ese año. El presentador de informativos iba dando paso a vídeos y conexiones pero ninguno era el adecuado. Después de varios errores de este tipo se le oía gritar por culpa de un micro abierto: "¡Pero esto qué es, PERO ESTO QUÉ ES!".  

El entrañable Ramón García también tiene sus días malos. En su programa del canal de Castilla la Mancha En Compañía se le oyó decir "no oigo nada cuando hay música. A ver si aprendemos a hablar cuando hay que hablar. Aquí cada uno hace su programa y cuando estoy aquí el que mando soy yo, a ver si queda claro de una santa vez". Al parecer, mientras sonaba la música a Ramón García le daban instrucciones por el pinganillo, unas instrucciones que no lograba oír por esa música. 

Mítico es el enfado de Josep Pedrerol en el programa Punto Pelota. "Hay un torpe que ha puesto la encuesta de hoy con la pregunta de ayer... quítalo, quítalo", decía el presentador al ver un rótulo sobreimpreso en pantalla. Pocos segundos después estallaba: "Que me ha tocado un becario para hacer el programa hoy. ¡Ya está bien!", decía molesto. 

"Si mañana no está el equipo habitual del programa yo no hago el programa. Becarios no, eh, con todo el cariño, pero becarios no, nunca más. Así no se hace amigos, en Intereconomía yo no trabajo así", se quejaba el presentador. 

Pablo Motos se ha enfadado en alguna ocasión con sus hormigas, Trancas y Barrancas, que siempre hacen comentarios ingeniosos y muy rápidos, con contenidos que no siempre le gustan al presentador de El Hormiguero

Por ejemplo, en una ocasión una espectadora ganó la tarjeta del programa y Barrancas consideró que era una persona pudiente, algo de lo que se burló: "Hay que ponerle las herraduras al caballo... al Mercedes hay que cambiarle las ruedas...", decía. 

Ese prejuicio molestó a Motos, que aunque mantuvo la sonrisa y las formas, le reprendió: "Vamos a hacer como si Barrancas no ha dicho nada de un caballo y vamos a seguir como si no hubiese que asesinarlo".

"Me ha dado la sensación de que tenía mucho dinero", se excusaba la hormiga. "Haces unos juicios rapidísimos. Que esto te sirva para aprender y que la próxima vez, cuando se te ocurra una idea muy deprisa, lo primero que tienes que hacer es frenarla", le aconsejaba Motos. 

Jordi González también suele mostrar incomodidad en directo si es necesario. En la última emisión de Conexión Honduras, el debate de Supervivientes, se quejó de que "aquí hay [en el pinganillo de su oreja] una señora que me despista mucho" y no mucho después, al haber ruido en el plató, fuera de cámaras, hablaba con Gloria Camila para decirle: "Ahí hay mucha algarabía, no sé si lo ves", en un reproche a ese ruido. 

Más reciente fue el conflicto que tuvieron Jorge Javier Vázquez y su colaboradora Belén Esteban en directo, tras el que, por un micro abierto, se pudo oír cómo el presentador espetaba "a tomar por cu... hombre", después de que Esteban abandonara el plató. 

El propio Jorge Javier Vázquez abroncó en directo en otra ocasión al periodista Antonio Montero. "No puedes decir eso Antonio, estoy hasta las narices de que coléis los discursos de VOX aquí, no lo voy a permitir. A tomar por culo". "Podéis debatir lo que os salga de la peineta pero aquí los discursos y las mierdas no", decía el presentador, molesto por unos comentarios sobre política, antes de declarar que en Sálvame "hay rojos y maricones, es nuestra declaración de principios". 

Las broncas no siempre van de jefe a empleado, a veces ocurre al revés. Joaquín Prat regañaba en una ocasión a Ana Rosa Quintana cuando a su parecer, ésta se sentaba demasiado cerca de él en el sofá del programa, sin mantener la distancia de seguridad contra la Covid. "Oye, oye, oye, que se te va la olla. ¡Metro y medio! Joe, cómo estamos", le decía provocando la rápida separación. 

Las broncas en directo no ocurren solo en televisión, también en otros directos, como por ejemplo, en los conciertos. En uno de Loquillo el año pasado, celebrado en Torrelavega, el cantante interrumpía en un momento dado del recital para humillar a un miembro de seguridad que pasaba por delante del escenario, pero por abajo. Sin interrumpir. "¡Que sea la última puta vez que pasas por delante de mi puto escenario, ¿me has oído, me has oído? Vete a vacilar a tu pueblo, aquí mando yo", le dijo al guardia, que hacía su trabajo, en una bronca por la que el cantante tuvo que pedir disculpas más tarde. 

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