Zahi Hawass, el arqueólogo egipcio de 74 años que ha descubierto la 'Ciudad Perdida' y al que acusaron de corrupción

La maldición del faraón. Zahi Hawass, jefe del Consejo Egipcio de Antigüedades, a la entrada de una tumba recientemente descubierta y construida hace 4.200 en el complejo piramidal de Saqarra. A la entrada de la tumba había una inscripción que advertía de una maldición a los posibles ladrones, que sería atacados por serpientes y víboras si osaban entrar.
El arqueólogo Zahi Hawass a la entrada de una tumba descubierta, construida hace 4.200 en el complejo piramidal de Saqarra.
Ben Curtis / AP
La maldición del faraón. Zahi Hawass, jefe del Consejo Egipcio de Antigüedades, a la entrada de una tumba recientemente descubierta y construida hace 4.200 en el complejo piramidal de Saqarra. A la entrada de la tumba había una inscripción que advertía de una maldición a los posibles ladrones, que sería atacados por serpientes y víboras si osaban entrar.

Este jueves se hizo público un nuevo descubrimiento en Egipto. No se trata de una nueva tumba con un faraón, sino de una ciudad perdida bajo las arenas del país hace 3.000 años. Algunos expertos lo han calificado incluso como el segundo descubrimiento arqueológico más importante desde la tumba de Tutankamón y la han apodado como la 'Ciudad dorada perdida'.

El responsable de esta misión en el país africano ha sido Zahi Hawass, uno de los egiptólogos más conocidos del mundo y conocido cada vez más por sus apariciones en documentales históricos de las antiguas civilizaciones egipcias. Es uno de los personajes más importantes de la historia reciente del país, ya que estuvo muchos años luchando por conseguir traer de vuelta miles de piezas históricas que habían sido exportadas a los museos de otros países, durante la etapa del colonialismo. 

Una de estas reliquias fue la piedra Rosetta, que está actualmente en el British Museum de Londres. Hawass llego a decir que "si los británicos desean que se lo recuerde, si quieren restaurar su reputación, deberían ofrecerse a devolver la piedra, ya que es el icono de nuestra identidad egipcia".

El Gobierno egipcio anunció este jueves el hallazgo bajo la arena en la monumental Luxor de una gran ciudad de unos 3.000 años de antigüedad que se hallaba perdida y que se encuentra en un buen estado de conservación.

Una vida ligada a las antigüedades 

Zahi Hawass nació en la mediterránea ciudad de Damieta en 1947. A sus 74 años sigue liderando expediciones arqueológicas sobre el terreno, algo que lleva haciendo casi más de 20 años para el gobierno egipcio. En 2002 fue elegido por el ejecutivo para ejercer el cargo de secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades del Gobierno, que dependía del Ministerio de Cultura y consistía en la conservación, protección y regulación de todas las antigüedades y las excavaciones arqueológicas en el país.

Fue el primer cargo público que ocupó Hawass y el Consejo Supremo de Antigüedades era responsable de establecer los límites a los yacimientos arqueológicos, además de ser el único agente autorizado para restaurar o preservar los monumentos de Egipto. Además, los arqueólogos extranjeros que trabajan en Egipto estaban obligados a informar al Consejo de todos los descubrimientos y hallazgos que hicieran antes de su publicación, una polémica medida que ha provocado la expulsión del país de varios historiadores. 

Hawass estuvo al frente del Consejo hasta el año 2011, cuando fue nombrado Ministro de Antigüedades, un cargo completamente nuevo y que absorbía las labores de su antiguo puesto. Contaba con un gran reconocimiento tanto dentro como fuera del país gracias a diversas excavaciones que lideró por el delta del Nilo. Sin embargo, su etapa como ministro fue muy convulsa y estuvo salpicada por presuntos casos de corrupción, por lo que estuvo en el cargo apenas seis meses, hasta fue renunció en julio. 

Su breve etapa como ministro y las acusaciones de corrupción 

La manera que tuvo Hawass de estrenar el recién fundado Ministerio de Antigüedades no fue la mejor. Apenas un mes después de haber asumido el cargo dimitió en protesta por los expolios en yacimientos arqueológicos, pero volvió a ocupar el puesto a las dos semanas a petición del presidente del gobierno. Apenas 15 días después, la justicia egipcia condenó a un año de cárcel a Zahi Hawass por un antiguo pleito sobre la propiedad de unos terrenos, lo que le relegaba de nuevo como ministro. Sin embargo, la sentencia fue recurrida y anulada poco después, volviendo a ocupar su cargo otra vez. 

Se mantuvo como ministro hasta julio, cuando se le comenzó a acusar de tener estrechas relaciones con el presidente de entonces Hosni Mubarak y de enriquecerse ilícitamente, cargos que siempre ha negado Hawass. Sin embargo, fue condenado a un año de cárcel por un supuesto caso de corrupción que, de nuevo, la justicia anuló tras el recurso del arqueólogo y dos años de investigaciones. El 22 de julio dejó definitivamente el cargo de ministro afirmando: "Me retiro para enfocarme en mi propio trabajo, como investigador y como escritor". 

Por último, en la actualidad lidera expediciones mayormente financiadas de manera privada -a pesar de que siempre hay una supervisión del gobierno- y sigue tratando de encontrar nuevos aspectos de las antiguas civilizaciones egipcias. Su último descubrimiento ha sido la ciudad perdida de Luxor, que comenzaron en septiembre de 2020 buscando el templo mortuorio de Tutankamón y terminaron encontrando el "mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio Egipcio en la orilla occidental del Luxor", situada en el Nilo.

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