El hombre, que había forzado la puerta del cuarto para acceder al mismo, fue localizado por los agentes en las inmediaciones de la facultad gracias a la descripción de las características físicas del autor que recibieron.

A su llegada al lugar, los agentes hablaron con dos mujeres que tenían sus efectos en el cuarto de la limpieza y que comprobaron que les faltaban sus carteras, con dinero y documentación, y un teléfono móvil.

Asimismo, las trabajadoras manifestaron a los policías que siempre dejan la puerta cerrada, que en esos momentos presentaba varias hendiduras entre el marco y la puerta.

Tras realizar una inspección por los alrededores, observaron a un varón que iba en bicicleta y que "coincidía plenamente" con las características aportadas, por lo que procedieron a su identificación y le solicitaron que mostrase sus pertenencias.

Entre otros efectos, llevaba en ese momento los dos monederos y un teléfono móvil que resultaron ser los que había sustraído en la facultad; también portaba un destornillador, que también fue intervenido.