Así lo ha manifestado el diputado de Cs, Carlos Trullén, tras insistir en que "es necesario contar con "una prensa libre, alejada de cualquier injerencia política".

Para Trullén, en un Estado de Derecho las sentencias hay que "cumplirlas siempre", y en una democracia avanzada, la "violencia no tiene cabida, ni justificación", ha puntualizado Cs en una nota de prensa.

"Es nuestro deber como ciudadanos libres, como demócratas convencidos, condenar todos los actos de violencia producidos estas semanas en las calles españolas. Y aún más, es nuestro deber como servidores públicos exigir a todos los representantes políticos una condena sin paliativos de la violencia en cualquiera de sus forma", ha expresado Trullén.

Por ello, desde la formación liberal se ha conseguido el apoyo de la cámara para condenar todos los actos de violencia producidos en las calles desde que se hiciera efectiva la sentencia de ingreso en prisión del rapero Hasél condenado dos veces por enaltecimiento del terrorismo y por injurias a la Corona, y también tiene dos sentencias en su contra por agresiones y amenazas.

También se ha logrado el apoyo parlamentario para condenar las manifestaciones de apoyo a dichos actos violentos; defender la igualdad de los españoles ante la Ley y el estado de derecho, garantizando los derechos de los acusados, durante los procesos judiciales, así como el cumplimiento de las sentencias; y garantizar la seguridad ciudadana, así como la de los negocios, la integridad de los trabajadores y el orden público, con todos los recursos con los que cuentan las diferentes administraciones del Estado.

Asimismo, se ha promovido el garantizar la libertad de expresión, que incluye las libertades de opinión, de información y del periodismo, en libertad, sin injerencias políticas como elemento fundamental para poder ejercer otros derechos humanos y participar activamente en una sociedad libre y democrática, tras el "vergonzoso" 'tweet' de Pablo Echenique, "jaleando y apoyando a los jóvenes violentos que se estaban manifestando en las calles".

Unas manifestaciones que, a juicio de Trullén, suponen "un peligro para nuestra democracia, ya que un representante público tiene la obligación de ser muy claro en sus declaraciones y condenar sin paliativos, paños calientes, y sin peros que valgan, la violencia", ha concluido.