'Purplewhasing': el conflicto entre el feminismo y el 'marketing'

Camisetas con mensaje feminista.
Camisetas con mensaje feminista.
STRADIVARIUS/MANGO
Camisetas con mensaje feminista.

Hace unos años el movimiento feminista irrumpió con tanta fuerza que ya ha sido denominado como la cuarta ola del feminismo. Desde la segunda década del siglo XXI, hemos sido testigos de las multitudes de mujeres y hombres que salen a las calles para conseguir una igualdad real, tanto en el plano laboral como social, económico y familiar.

La moda es el reflejo de la sociedad y este gran cambio se ha visto reflejado también en este sector, donde diseñadores y empresas decidieron sumarse a las proclamas feministas que no paran de escucharse.

En 2017, Maria Grazia Chiuri, diseñadora de Dior, impactó al mundo entero cuando subió a sus modelos en la Semana de la Moda de París con camisetas con el mensaje "We all should be feminists" (todos deberíamos ser feministas). Además de ser la primera colección de la diseñadora en la maison, fue la primera vez que vimos estas proclamas en la Alta Costura.

Este mensaje en sus camisetas representa una completa declaración de intenciones y una reivindicación al mundo de la moda ya que si bien la moda está dirigida al público femenino, en realidad menos de un 20% de las firmas de modas están dirigidas por mujeres, es decir, que el 80% de las personas que deciden que van a llevar las mujeres, son hombres.

Aunque esta camiseta de Maria Grazia Chiuri tenía una intención clara, muchas marcas low cost comenzaron a reproducir prendas del estilo de forma masiva, ganándose muchas críticas del sector feminista, ya que se está mercantilizando esta causa.

Es aquí cuando entra en escena el purplewashing. Este término, acuñado por la escritora Brigitte Vasallo, hace referencia a las maniobras políticas y de marketing que se hacen alrededor de la causa feminista con la intención de fingir un apoyo a este movimiento que, o bien contradice políticas anteriores, o buscan sacar un beneficio sin tener ninguna implicación real con la causa.

Camiseta con mensaje feminista de Zara.
Camiseta con mensaje feminista de Zara.
ZARA

Jessa Crispin, escritora y autora del libro Why I’m not a feminists (por qué no soy feminista) hace un análisis acerca de cómo estos lemas impresos en camisetas han vaciado de significado al movimiento: "Las empresas están utilizando estos puntos de vista políticos para vender productos y el feminismo fue el primer movimiento en caer en eso y se ha convertido en un lema y en una campaña de marketing […] Hoy en día está muy de moda ser radical sin hacer nada por la causa (autoproclamarse feminista, anarquista o anticapitalista). El mercado siempre estará tratando de venderte algo", afirma la autora. 

Aqui vemos que el problema no es que las empresas quieran vendernos estas camisetas, sino que quieran sacar ventas de un movimiento que no solo no están implicados y las malas condiciones laborales en las que están trabajando sus empleadas en las fábricas textiles de países subdesarrollados y el escaso sueldo que obtienen por ello.

Camiseta con mensaje feminista de Stradivarius.
Camiseta con mensaje feminista de Stradivarius.
STRADIVARIUS

Otro de los problemas del purplewashing es que no vemos en sus propias tiendas los mensajes que transmiten con sus camisetas. Una de las grandes opresiones de género son los estrictos cánones de belleza a los que la mujer se ve sometida, siendo aceptables solamente las mujeres que encajan en unas determinadas tallas. Sin embargo, estas empresas con sus mensajes feministas no suelen pasar de la talla 42.

Por el otro lado, muchas personas consideran que cualquier tipo de apoyo al movimiento es beneficioso y positivo, aunque detrás de él puedan existir intereses de por medio.

Desde el movimiento feminista proclaman que, si se quiere llevar en la ropa las reivindicaciones, lo mejor es apostar por los negocios pequeños llevados por personas que de verdad apoyan la causa e intentan ayudar y no por las grandes multinacionales.

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