Hace ya cinco años que el Partido Popular, bajo la batuta del entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert, aprobaba el polémico Real Decreto 43/2015 de 2 de febrero, apodado como el decreto del '3+2' dado que planteaba la posibilidad de reducir la duración de los grados universitarios a tres años, frente a los cuatro que habían sido establecidos por norma general con la puesta en marcha del Plan Bolonia en 2007.

Apenas cuatro meses después de la publicación del texto en el BOE, el ministro Wert fue sustituido por Íñigo Méndez de Vigo y nombrado como embajador de España ante la OCDE, desapareciendo así de la primera línea de la política española. 

Nada más ver la luz, el modelo '3+2' se encontró con la oposición de estudiantes, sindicatos y rectores. Estos últimos aprobaron en 2016 una moratoria de dos años en su aplicación que posteriormente sería ampliada uno más, aunque sí permitieron su implantación en titulaciones completamente nuevas.

La accidentada puesta en marcha del '3+2' se ha acabado traduciendo, un lustro más tarde -cuando el ministro de Universidades, Manuel Castells, parece decidido a enterrarlo- en que tan solo 24 de los 3.800 grados que se imparten actualmente en España duran tres años.

¿Qué es y en qué consiste el '3+2'?

El modelo del '3+2' tenía como objetivo principal homogeneizar la duración de las titulaciones españolas con las de la mayoría de países del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), para facilitar la internacionalización de los egresados españoles. 

Dado que la mayoría de los países del EEES plantean grados de 180 créditos (3 años) y 120 de máster (2 años) era necesario, según planteaba el Gobierno de entonces, cambiar la ley que fijaba en 240 (4 años) el número de créditos como norma general para la mayoría de los grados y flexibilizar las opciones.

EURYDICE

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¿Por qué resulta tan polémico?

Una de las principales razones por las que la propuesta generó rechazo fue la posibilidad de que, al reducirse en un año la duración de las enseñanzas de grado, los títulos acabaran devaluándose respecto a los de estudiantes de planes anteriores y que la base de conocimientos quedara más mermada.

Aunque quizá lo que más centró las críticas fue el encarecimiento que habría supuesto para aquellos estudiantes que hubieran querido completar sus estudios universitarios de segundo ciclo (es decir, de máster). Más aún cuando la reducción del grado a tres años habría incentivado las matriculaciones en másteres tras la devaluación del título. 

En países donde el modelo '3+2' está muy extendido, como Francia o Italia, la diferencia económica que existe entre estudiar un grado o un máster no es muy grande, tal y cómo se desprende de un estudio del Observatori Universitari, una organización formada por miembros de las cuatro universidades públicas catalanas.

Sin embargo, en España el coste de un crédito en enseñanzas de máster público (33,99) duplica el del grado (17,18) en el caso de másteres no habilitantes (que componen la mayoría de la oferta), según los precios públicos que aparecen en la web del Ministerio de Universidades. Aunque existen diferencias importantes entre comunidades autónomas.

¿Qué pasará con quienes están estudiando grados de tres años?

El secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón detalló el martes en un encuentro con los medios que, en los cuatro años siguientes a la aprobación del decreto, los estudiantes que actualmente estén cursando un grado de tres años podrán terminarlo "sin verse envueltos en ningún tipo de cambio administrativo". 

Sin embargo, las universidades que a la entrada en vigor del real decreto tengan que proceder a la renovación de la acreditación, deberán aprovechar la misma para modificar su plan de estudios para pasar este a disponer de 240 créditos.

¿Cómo han recibido su cancelación los estudiantes?

La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) ha aplaudido la eliminación prevista por el borrador del departamento de Castells.

Fuentes de la organización estudiantil han explicado a la agencia Europa Press que ven el borrador "con esperanza". "Consideramos que el Ministerio ha tenido en cuenta muchas de las reclamaciones y propuestas que hemos hecho desde el estudiando y que, si se continúa en esta línea, saldrá un decreto beneficioso para toda la comunidad universitaria", han indicado. 

¿Y las universidades?

Desde la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) han afirmado que la duración de los títulos de Grado y la diferencia entre 180 y 240 créditos ECTS, es decir, tres o cuatro cursos, "no ha sido en ningún momento la máxima preocupación" de los rectores en el ámbito docente.

En este sentido, Crue ha defendido que "alcanzó en su día un amplio consenso" sobre la conveniencia de que aquellas titulaciones que se correspondieran con los estudios ya existentes en España antes de la implantación del EEES (coloquialmente conocido como Plan Bolonia) deberían mantener una duración de 4 años y 240 créditos; y que la dotación de 180 créditos ECTS y 3 años de duración "debía quedar restringida a titulaciones con contenidos rigurosamente nuevos, en los que se pudiera constatar de forma clara una diferencia significativa con los estudios anteriormente citados".

"Si finalmente se confirma que la totalidad de los Grados deben contener al menos 240 créditos, nuestro máximo interés se centrará en que se garantice la adecuada transición de los actuales grados de 180 créditos, poco numerosos, hacia la nueva situación", ha manifestado la Crue en un comunicado adelantado a Europa Press.