Las espadas siguen en alto entre PSOE y Unidas Podemos en lo relativo a las leyes de igualdad, que han provocado uno de los incendios más graves de la coalición desde que se constituyó hace un año. Pero este jueves los socialistas hicieron un pequeño gesto para no elevar aún más la tensión aprobando una proposición no de ley de los morados sobre la reforma de la ley del aborto que habían amenazado con tumbar.
En circunstancias normales, esta iniciativa habría pasado sin ruido por el Congreso: al tratarse de una proposición no de ley, carece de efectos legales y únicamente supone un posicionamiento político, y además gira en torno a una materia, el aborto, en la que PSOE y Unidas Podemos están básicamente de acuerdo. Pero la batalla abierta entre ambos socios a tenor de las leyes de igualdad convirtieron esta iniciativa en un arma arrojadiza más.
La decisión de Unidas Podemos de abstenerse este martes en la toma en consideración de la ley Zerolo -como forma de protestar por la decisión del PSOE de paralizar la ley trans y por lo que entienden como una invasión de sus competencias de Igualdad- sentó muy mal a los socialistas. El cruce de reproches entre los socios ha sido constante esta semana en el Congreso, y en respuesta a esta abstención, el PSOE presentó una enmienda a la iniciativa de Unidas Podemos y puso en duda su voto final.
La proposición de la formación de Pablo Iglesias pedía la reforma de la ley del aborto para que recogiera "la violencia obstétrica, la explotación reproductiva, la esterilización forzosa y el aborto forzado como formas de violencia contra las mujeres". Y el PSOE trató de imponer un texto más restrictivo argumentando que no es momento de "abrir" la ley, sino de volver a la redacción de 2010.
Pero, más allá del contenido, el movimiento de los socialistas fue entendido desde el principio como una forma de denunciar la actitud de los morados, ya que el mismo martes fuentes socialistas aseguraban que Unidas Podemos había abierto la veda de las zancadillas entre los socios.
No obstante, los morados decidieron no aceptar la enmienda del PSOE. Y, tras un miércoles de incertidumbre y nuevos cruces de reproches, este jueves los socialistas prefirieron que su amenaza quedara solo en un aviso y votaron a favor del texto de Unidas Podemos. Los nervios de ambos socios, en cualquier caso, siguen a flor de piel.
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