Dani Martínez: "En 'Got Talent' nadie te dice a quién votar ni qué decir"

Dani Martínez, en Got Talent.
Dani Martínez, en Got Talent.
MEDIASET
Dani Martínez, en Got Talent.

Está siendo una de las ediciones de Got Talent más emotivas y especiales, empezando por el hecho de que se grabó en plena pandemia y por la situación personal de Paz Padilla, que se incorporó avanzado el concurso. Dani Martínez nos habla sobre los entresijos del concurso de Telecinco.

¿Qué ha hecho diferente a este Got Talent? La percha de este Got Talent y que le diferencia de todos los demás es que se grabó en plena pandemia, justo después del confinamiento, en verano. Al final toda la gente que vino tenía unas historias increíbles, todo el mundo te contaba cómo preparó su número estando encerrado en casa…

Y estamos viendo cosas nuevas... Otro factor importante es que por desgracia tanto teatro, como circo y demás no podían hacer sus habituales giras y eso permitió que mucha gente que habitualmente no puede presentarse sí pudiera venir a Got Talent, así que el nivel es brutal en muchas disciplinas. Eso lo hace un Got Talent más especial y más espectacular.

¿Ha sido igual a pesar de la pandemia? Las medidas de protección ha sido espectaculares, lo hemos hecho con sólo un cuarto del público que suele entrar, todo el equipo estaba testado, el presentador y el jurado nos hacíamos una PCR diaria y vivíamos como en una especie de burbuja… todo estaba tan bien planteado que en los primeros momentos lo notabas, pero después era el mismo espíritu de siempre y acababas por no notarlo, sólo por ver a la gente del equipo con mascarilla.

En el jurado hay roles, Paz, graciosa, Risto, duro, Edurne, emotiva… ¿y usted? Yo soy el de León. En todo programa tiene que haber un cupo mínimo de leoneses (risas). Uno de mis papeles es el de picar a Risto. Muchas veces él tiene mucho campo para andar y hace falta acompañarle. Yo soy el amigo picón de Risto.

¿A Risto hay que quererle como es? Es que yo le quiero mucho, tengo una relación increíble con él, somos muy amigos. Yo no le conocí haciendo televisión, le conocí fuera y es un amigo increíble. Haciendo tele efectivamente con un concursante puede ser más duro que cualquiera que estamos en esa mesa, pero a la vez es muy generoso.. vas a picarle y te lo juega, te lo devuelve…

¿Le pesa a usted decirle que no a alguien? Es lo más duro que tiene Got Talent. Todo el que va a ese escenario tiene una ilusión enorme y es uno de los momentos más importantes de su vida. Todos son artistas, como lo es cualquiera que se sube a un escenario a enfrentarse al público y tienen mucha ilusión. Y ya cuando se te pone un niño o un señor de 85 años que nunca ha tenido una oportunidad decir no es muy complicado.

¿En qué se fija? Valoro muchas cosas en una actuación. No solo valoro la ejecución, que es lo más importante, con el talento, si no también el momento que está viviendo esa persona, la capacidad que tiene para hacerlo, cuántas veces lo ha hecho en un escenario antes…

¿Y qué mira para un pase de oro? Edurne siempre lo explica muy bien: es algo que sientes dentro. Estás viendo la actuación y estás con un éxtasis interior brutal de emoción, de ilusión… algo se te mueve dentro y te das cuenta de que no es una actuación más. Y llega un momento en el que piensas que en cuanto acabe le doy el botón amarillo.

¿Para trabajar en esto es importante conservar la capacidad de asombro? Claro. A mí la única indicación que me dieron cuando empecé en Got Talent fue "sé tú y déjate llevar". Nadie te dice a quién votar ni qué decir. Eres libre absolutamente. Así que tienes que tener capacidad de dejarte llevar, de sorprenderte, asombrarte…

Edurne y Risto que llevan muchas ediciones siguen picándose entre ellos de verdad y hay días que hay un pique que lo notas. Y eso es porque se dejan llevar.

Como oferta de empleo no piden mucho… (Risas) Cada uno de los que estamos tenemos un perfil diferente y aportamos algo diferente, somos muy distintos. Me veo muchas similitudes con Santi Millán, que para mí es un referente. La gracia está en juntar a personas que aportan cosas diferentes y dejarlos sueltos.

La verbena, El concurso del año, Got Talent… nada de lo que yo hago tiene guion, es improvisado y a lo que surja, dentro de la mecánica.

Uno de los momentos más emotivos que vamos a ver es la reincorporación de Paz Padilla… Cuando volvió en las semifinales imagínate, fue muy emotivo verla sentada en esa silla. Lo que me gusta de Paz es que es una mujer que cuando se sienta en un plató de televisión es capaz de darlo todo, no se guarda nada. Todo lo que siente, todo lo que lleva dentro, todo lo que piensa lo pone al servicio del espectáculo. Así que con lo que había pasado y con todo a flor de piel se sentó y estuvo graciosísima y emotiva, hizo unos discursos espectaculares… fue muy especial.

¿Cómo se lleva usted con los artistas más peculiares, los denominando ‘frikis’? En primer lugar yo soy de la gente y en segundo lugar Risto los detesta, así que lógicamente esos artistas son mis hermanos. A veces engañan, porque vienen como muy serios y de repente hacen un número raro y n ha acabado y yo ya estoy gozando porque sé que se va a liar, que Risto se va a chinar, que yo me voy a poner a favor del concursante… son momentos de mucho disfrute, esas actuaciones son fundamentales.

Otros leoneses ilustres de la tele son Jesús Calleja y Frank Cuesta, grandes exploradores y aventureros… ¿da la talla como leonés? Pues la idea de Planeta Calleja, el germen, lo hice yo con Calleja.

Calleja me llamó un día para decirme que iba a hacer un programa especial en unas cuevas de Burgos y que si quería pasear con él por las cuevas, que no era peligroso. Y le dije que vale, fuimos, un cachondeo divertidísimo, me puteó con el helicóptero… y más tarde me dijo que había pensado en hacer un programa en el que siempre llevara a alguien. Y ahí empezó.

Yo le vacilo mucho diciéndole que Burgos mola mucho, que me encanta, pero que a los demás se los ha llevado a Tanzania, a Maldivas (risas).

Tiene que compensarle, claro... Me ha llamado como tres veces ya para hacer una expedición, para compensarme, pero nunca he podido, porque siempre estoy de gira o tengo el concurso.

Tampoco es que tenga un espíritu más aventurero yo salvo por ser de un pueblo e ir a todas las fiestas de los pueblos en verano a fuego, comer sopas de ajo a las siete de la mañana… eso no lo hace cualquiera, esa mi capacidad y no es nada fácil.

Pero es de León y a mucha honra, ¿no? Yo no hay un día en que en el concurso no hable de algo de León, porque todo lo que hay allí es una barbaridad. Yo siempre voy tirando cosillas y me escribe mucha gente que me dice que han ido a pasar el fin de semana o me mandan fotos de sitios a los que han ido y mola un montón. El AVE ha ayudado mucho también.

¿Le pondrán una rotonda? (Risas) Mola una rotonda. A mí no me hace falta, lo hago porque me sale, porque yo me crié allí.

¿Cómo es el día a día de un jurado de Got Talent? Llegamos y se nos hacía el test PCR. Luego vas al camerino, donde te cambias y te maquillas y luego bajas al teatro donde estás viendo actuaciones como unas siete horas seguidas, aunque el equipo lleva mucho antes ensayando y demás. Una jornada completa es de sol a sol.

Es como una especie de coreografía del equipo, acaba una actuación y en cuatro o cinco minutos ya está la siguiente empezando. Los cambios de decorado y rutina los hacen con una capacidad que alucinas.

Tenemos una pausa en medio de la tarde para merendar y luego bajamos de nuevo para terminar el día.

Se hace un trabajo increíble de posicionamiento de los talentos, no ponen todo el rato lo mismo, saben en cada momento cómo estás tú de energía para meter un número y subirte la energía, o para relajar el ambiente… Está muy bien medido. Es la máquina perfecta de entretenimiento.

¿Qué tiene en su camerino? Tenía chocolate de Astorga, de Santocildes, tabletas de chocolate, y me dedico a repartir con la gente. Lo llevo yo y yo lo reparto para que prueben el chocolate de Astorga. A parte de eso, agua y la ropa que me tengo que poner.

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