"Las mascarillas han sido aceptadas globalmente como una herramienta útil para prevenir la transmisión viral y bacteriana, pero las de tipo comercial llevan filtros fabricados con materiales incapaces de inactivar el SARS-CoV-2 y las bacterias multirresistentes a los fármacos", explica Serrano en un comunicado.
Este filtro también inactiva a las bacterias Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis resistentes al antibiótico meticilina, que, empeoran la neumonía provocada por el coronavirus, y suponen una amenaza para la vida de las personas. Este hecho convierte al filtro creado por los científicos de la UCV en el primero en inactivar el SARS-CoV-2 a la vez que las bacterias multirresistentes.
"Individuos tanto sintomáticos como asintomáticos pueden infectar a otros que incluso lleven mascarilla, porque algunas cargas virales o bacterianas viables pueden escapar de ellas. Es más, la transmisión por contacto puede suceder tras tocar la mascarilla, lo que constituye una fuente creciente de deshechos biológicos contaminados", señala el investigador de la UCV, Ángel Serrano.
Junto a Serrano, investigador principal, han participado en este proyecto los miembros del mismo grupo del CITSAM Miguel Martí y Alberto Tuñón; así como los investigadores Yukiko Muramoto, Takeshi Noda y Kazuo Takayama de la Universidad de Kyoto, Japón, y Finn Lillelund Aachmann de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, de Trondheim, Noruega.
Ángel Serrano expone que, "en lugar de buscar un rendimiento económico", este grupo de investigadores ha decidido publicar los resultados de su estudio: "Consideramos que lo más correcto éticamente era ponerlo en conocimiento lo antes posible a la comunidad científica y las empresas dedicadas a la fabricación masiva de mascarillas debido la situación dramática de pandemia en la que vivimos".
COMERCIALIZACIÓN "EN POCO TIEMPO"
En unos pocos meses las mascarillas con estos nuevos filtros incorporados podrían estar ya en el mercado a un precio "muy económico" porque su método de fabricación es muy rápido y económico, y el producto clave, el cloruro de benzalconio, no tiene un precio elevado.
"El uso correcto de esta tecnología de amplio espectro antimicrobiano es importante para la producción en masa y comercialización de estos filtros para mascarillas -apunta Serrano- que serán muy útiles para los sanitarios e investigadores que trabajan en la urgente y desafiante lucha contra esta pandemia".
El estudio ha aparecido ya en bioRxiv, servicio de archivo y distribución online del Laboratorio Cold Spring Harbor (Nueva York, Estados Unidos).
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