La acusada por el crimen de la cabeza de Castro Urdiales comparece este viernes en el juzgado

Jesús María y María del Carmen, víctima y presunta asesina del crimen de Castro Urdiales.
Jesús María y María del Carmen, víctima y presunta asesina del crimen de Castro Urdiales.
AGENCIA ATLAS
Jesús María y María del Carmen, víctima y presunta asesina del crimen de Castro Urdiales.

La acusada por el crimen de la cabeza de Castro Urdiales, la pareja del jubilado vasco cuyo cráneo fue descubierto en una caja el 28 de septiembre de 2019, está citada este viernes, 13 de noviembre, en el Juzgado de Instrucción número 3 de la localidad, aunque no está previsto que preste declaración.

Fuentes cercanas al caso han indicado que "posiblemente" Carmen Moreno, de 61 años y natural de Sevilla, en prisión desde que se descubrió lo ocurrido hace ya más de un año, no responda las preguntas del juez, el tercero en este órgano desde que sucedieron los hechos.

El 28 de septiembre de 2019 apareció dentro de una caja un cráneo, que resultó ser de Jesús María Baranda, de 67 años y pareja de la sospechosa, con la que residía en una vivienda en la calle Padre Basabe de la localidad cántabra desde hacía siete años. El hombre, natural del País Vasco y que había sido empleado de banca, se encontraba desaparecido desde febrero de ese mismo año.

La detención de la acusada se produjo después de que una amiga suya hallara el cráneo dentro de una caja que le habría entregado meses antes para que la guardara y que abrió ante el mal olor que despedía. Ante el descubrimiento, tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios y trasladada al centro de salud Cotolino de Castro Urdiales.

Durante los días siguientes, la Guardia Civil de Cantabria, con apoyo de especialistas de Madrid y con ayuda de perros, inspeccionó el piso de la pareja, terrenos que tenía el fallecido en la zona y hasta se desplazó al vertedero de Meruelo, el más grande de Cantabria, para informarse sobre tratamiento de residuos.

Muchas dudas por despejar

El hallazgo del cráneo desató todo tipo de conjeturas sobre lo ocurrido, y su identidad se determinó días después de su aparición gracias a las pruebas forenses que se practicaron.

El juez decretó el secreto de las actuaciones y lo prorrogó durante varios meses, hasta el pasado 30 de junio, cuando se levantó, es decir, nueve meses después del hallazgo. En julio la Audiencia Provincial de Cantabria denegó la libertad provisional a la procesada al apreciar riesgo de fuga, entre otros motivos.

Más de un año después de lo sucedido quedan todavía por despejar muchas dudas sobre el caso, como el motivo del crimen, dónde se produjo o dónde se encuentra el resto del cuerpo del fallecido.

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