¿Qué pasa si no pago un crédito o un préstamo bancario?

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Al solicitar y contratar financiación el titular del préstamo o crédito tiene la obligación de atender a su devolución en la forma y tiempo acordados por contrato. Pero puede ocurrir que atender a dicho pago de las cuotas sea difícil o incluso imposible al concurrir circunstancias que menoscaben la situación económica del titular.

Ante una situación económica crítica conviene saber que dejar de pagar un préstamo personal no es una solución, sino que acrecentará el problema.

Consecuencias de no pagar un crédito o préstamo

No llegar a hacer frente a las cuotas de un crédito o préstamo tiene consecuencias que serán más o menos graves en función del tiempo en el que se mantenga el impago. 

En un primer momento, no pagar a tiempo una cuota supone que la entidad comenzará a aplicar lo que se conocen como intereses de demora y que se acumulan a la deuda inicial, “el tipo de interés de demora, así como las comisiones asociadas como las de reclamación de la deuda deben aparecer en la información previa al contrato de crédito tal y como establece la ley” explica María Valero, experta en iahorro.com. Si se acumulan sucesivos meses de impago, la deuda irá en aumento.

Con un préstamo personal, la garantía de pago son todos los bienes presentes y futuros

Si la deuda se sigue prolongando en el tiempo, la entidad procederá a una reclamación judicial cuya consecuencia será (si no se asume el pago de la deuda tras la reclamación) el embargo de los bienes, "es importante saber que, con un préstamo personal, la garantía de pago son todos los bienes presentes y futuros", advierte Valero. Además, aquí también entran en juego los avalistas si los hubiera, ya que deberán hacer frente a la deuda que es el compromiso que adquirieron al convertirse en avalistas.

Ficheros de morosos

Todo impago puede llevar al titular a su inclusión en ficheros de morosidad tales como Asnef o RAI. La inclusión en este tipo de registros supone una mayor dificultad para el acceso a financiación tradicional futura hasta que se salden las deudas y se salga del fichero, e incluso imposibilidad de contratación de servicios básicos como por ejemplo la luz.

Qué hacer antes de llegar al impago de las cuotas

Cuando las circunstancias ocurren y la situación económica se complica, es posible prever que será difícil hacer frente al pago de las cuotas del préstamo. Este análisis y previsión de la situación será clave tal y como apunta Valero, "lo recomendable es contactar con la entidad financiera antes de que se llegue al impago y plantear la situación de dificultad, es importante no esconderse". 

Esto es así porque es importante hacer ver a la entidad que sí que hay una intención de pago pero que realmente existen dificultades para ello, "de este modo tanto el titular del préstamo como la entidad pueden entablar una conversación en la que se pueden negociar posibles soluciones", agrega Valero.

Entre las soluciones que se pueden plantear se encuentra la de la ampliación del plazo para la devolución del importe. Esta solución implica que la deuda perdura más en el tiempo y sale más cara la financiación, pero a cambio las cuotas mensuales serán más cómodas, se pueden reducir hasta en un 20% según el plazo que ya esté en vigor y por supuesto de la entidad. 

Otra opción es proponer a la entidad lo que se conoce como periodo de carencia de capital, es decir, que durante un periodo de tiempo determinado el titular del préstamo únicamente abone los intereses y no amortice capital. 

El periodo de carencia reduce durante un tiempo notablemente las cuotas y da tiempo al titular a que se pueda reponer de la situación económica. “Tanto el periodo de carencia como la ampliación del plazo son opciones válidas para impedir llegar a un impago, pero hay que recordar que la entidad no tiene por qué aceptarlas obligatoriamente, por ello es importante demostrar una buena voluntad de pago”, explica María Valero.

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