En España son muchas las personas que siguen optando por un matrimonio convencional y católico, celebrado por la iglesia.
De este modo, lo primero que se debe hacer para casarse mediante la celebración de un matrimonio católico en España es reservar una iglesia para el enlace. Después, se inicia el expediente matrimonial donde se deben aportar algunos datos personales y documentos.
Documentación para casarse por la iglesia
Para llevar a cabo los trámites y conseguir el certificado canónico, es necesario, según el Registro Civil Central, presentar los siguientes documentos:
- La partida de nacimiento de ambos contrayentes. Puede solicitarla en el formulario online disponible para tal fin.
- El libro de familia de los padres.
- La fotocopia del DNI, pasaporte o tarjeta de residencia de ambos.
- Un certificado de soltería eclesiástico si los novios son de diócesis distintas a la elegida para la boda.
- Una partida de defunción si alguno es viudo, de su marido o mujer difunto.
- Un permiso de los padres si alguno de los dos futuros cónyuges es menor de edad.
- Unas dispensas en caso de que ocurra algún caso anotado por el Derecho Canónico (matrimonios entre bautizado y no bautizado, distinta nacionalidad, distintas religiones...).
- Un certificado de los cursos prematrimoniales. Estos se pueden cursar en la misma parroquia de la boda o en otra..
- Un testigo mayor de edad por cada novio. Como documentación necesitarán su DNI. La iglesia les realizará algunas preguntas que deberán responder.
- Varios testigos del día de la boda. Pueden ser distintos a los anteriores.
- Si alguno es divorciado, su libertad civil y canónica para casarse debe establecerse antes de ser admitido para una boda canónica. Se necesitará la partida de matrimonio con anotación marginal de divorcio.
Una vez recopilada toda esta documentación, es necesario pedir cita en la parroquia para presentarla, junto con los testigos. Después de presentarla, los futuros cónyuges y los testigos firman el expediente y se publican las amonestaciones, es decir, el anuncio público de la intención de los novios de contraer matrimonio para asegurar que no haya nada que impida el matrimonio católico.
Finalmente, se suele realizar una aportación económica a la parroquia para cubrir los gastos de la organización de la boda religiosa.
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