Los socorristas de las playas catalanas adaptan sus prácticas a la Covid-19 pero reclaman una hoja de ruta unificada

  • Pasan a usar mascarilla y adecúan la maniobra de reanimación cardiopulmonar a las medidas de seguridad por el virus.
  • Las 21 torres de vigilancia que van a sustituir a las 21 sillas de las playas de Barcelona tendrán que esperar a 2021.
Dos socorristas con mascarilla en la playa de la Arrabassada de Tarragona en el primer día del servicio de vigilancia.
Dos socorristas con mascarilla en la playa de la Arrabassada de Tarragona en el primer día del servicio de vigilancia.
ACN
Dos socorristas con mascarilla en la playa de la Arrabassada de Tarragona en el primer día del servicio de vigilancia.

Los arenales catalanes se encuentran ya inmersos en una temporada de baño estival que no se parece a ninguna de las anteriores, al iniciarse sin turismo masivo extranjero, y con las medidas de seguridad sanitaria y de distanciamiento dictadas por cada ayuntamiento competente. Aunque bajo el mismo paraguas, el de la lucha común contra la expansión de la pandemia del coronavirus. 

El gremio de socorristas se queja de la falta de un protocolo unificado para ellos por la Covid, que agrava la situación profesional que arrastran desde hace años, sin un convenio propio y con sueldos y condiciones precarias al depender de subcontratas y al no multarse la formación no reglada (la Generalitat ha firmado una moratoria hasta septiembre del régimen sancionador). 

El colectivo se enfrenta, al igual que los bañistas, a un cambio de paradigma en la playa por el coronavirus en el que las mascarillas pasan a ser parte de sus uniformes y donde algunas de sus prácticas de salvamento y socorrismo se ven alteradas por el virus. 

Dos socorristas con mascarilla en la playa.
Dos socorristas con mascarilla en la playa.
ACN

A pesar de que la mayoría de los servicios que atienden en verano son por cuestiones leves, como picaduras de medusas, en casos más graves, como en los de ahogamientos, la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP) se ha adaptado por el riesgo de contagio directo que supone. Se usan para la misma batas o mono de seguridad y guantes, además de doble mascarilla. Y el socorrista mantiene la distancia de seguridad en el primer contacto con la víctima hasta que esté equipado con el EPI.

También se ha suprimido la auscultación y la ventilación manual por el efecto aerosol en la respiración de las víctimas, que puede suponer una fuente de transmisión del virus entre el socorrista y el bañista.

Vigilantes, no policías

En cuanto a las medidas de distanciamiento en la playa dictadas por cada municipio a cargo de su área de costa, como sensores, drones, informadores, parcelas de separación, vallas y semáforos, entre otras, los representantes sindicales de los socorristas recuerdan que su función es "la de salvamento" y que la sancionadora corresponde a las fuerzas de seguridad. 

Salvador Zettelmann, portavoz de Socorrismo en el sindicato CGT Cataluña, especifica que "las medidas de contingencia contra la Covid-19

las marca la empresa" que contrata a los socorristas, mientras que el control de acceso y de aforo en las playas es competencia de cada ayuntamiento o administración.

Como portavoz de la sección de socorrismo de CGT, a la que están afiliados 70 del centenar de sus compañeros en las playas de Barcelona, tiene constancia de que en algunas playas catalanas se les han dado "tareas de control y de recomendación sobre las distancias de seguridad" a los bañistas, lo que "afecta a su función de vigilancia". 

En las playas de Barcelona, en las que trabaja Zettelmann, los socorristas han sido dotados de equipos de protección individual (EPI) formados por mascarillas FFP2, guantes dobles y gafas de montura integral. 

"No es un sector atractivo y tampoco tiene reconocimiento social. Falta una normativa y un convenio propios. El trabajo suele ser temporal y tampoco se dan alternativas laborales el resto del año" (sindicato CGT Socorristas)

En su oficio consideran que las pantallas de protección "no son efectivas" porque "protegen de las salpicaduras de secreciones pero no del efecto aerosol". 

Han propuesto a la UTE para la que trabajan que esta se encargue de la limpieza de la ropa de trabajo, entre ellas batas quirúrgicas, al igual que ocurre con los sanitarios, "para no llevarnos agentes patógenos a casa". Pero la empresa, por el momento, "no lo considera necesario", indica Zettelmann.

Remarca que "no es cierta" la creencia que se ha ido extendiendo a raíz de la Covid-19 de que este año no se hará la maniobra del boca a boca a bañistas accidentados. Lo que harán es "minimizar el contacto con la víctima y solo romper la distancia de seguridad cuando sea oportuno", dice. 

Faltan profesionales 

Desde la Federación de Socorristas de Salvamento de Cataluña remarcan que este verano las playas de la comunidad se enfrentan nuevamente a la escasez de profesionales debido a las estrictas exigencias de nivel formativo, que dificultan el acceso a socorristas titulados fuera de España. 

“La inmensa mayoría del millar de profesionales que vigilan las playas catalanas están preparados y entrenados para prevenir y dar respuesta a los incidentes que se acontecen en medio acuático. Muchos con titulaciones de fuera de Cataluña", explica el vicepresidente de la federación, Frederic Tortosa. 

Socorristas.
Socorristas de la Cruz Roja vigilando una playa catalana.
ACN

Zettelmann achaca esta situación a que muchos del millar de profesionales que se forman cada año en Cataluña en grados medios o certificaciones de socorrismo "prefieren trabajar de cualquier otra cosa en la que tengan una menor responsabilidad y mejor riesgo para su integridad física". 

"No es un sector atractivo y tampoco tiene reconocimiento social. Falta una normativa y un convenio propios. El trabajo suele ser temporal y mal pagado y tampoco se dan alternativas laborales para el resto del año, no solo en temporada de playa, como por ejemplo la educación escolar en primeros auxilios o en campañas de prevención", insiste.

La Generalitat no sancionará este verano a socorristas sin titulación ni a las empresas que los contratan al haber aplicado de nuevo una moratoria 
en el régimen sancionador del sector

Moratoria del régimen sancionador al sector del socorrismo

Por suerte, indica que será de ayuda para la campaña la moratoria de la Generalitat (hasta el 30 de septiembre) en el régimen sancionador que marca la ley del sector del socorrismo en Cataluña. Esta se ha llevado a cabo ante la excepcionalidad de la pandemia de la Covid-19. Por lo que, la Generalitat no sancionará a socorristas y empresas sin titulación este verano. 

Esta moratoria favorece, precisamente, que las sociedades adjudicatarias "estén en contra de la formación oficial para seguir precarizando y denigrando la figura del socorrista", asegura Zettelmann. "Necesitamos una formación reglada que se cumpla", admite. 

El 90%, subcontratados

El año pasado, las playas catalanas volvían a tener un déficit de socorristas dentro de un sector que sigue sin convenio propio y donde son norma general los bajos sueldos, la alta temporalidad de los contratos y el intrusismo profesional. 

La CGT denuncia que "el 90% de los socorristas" que trabajan en Cataluña están "subcontratados"

Muchas de las licitaciones de socorristas por parte de los ayuntamientos recaen en empresas de trabajo temporal (ETT), agravando la precariedad de las nóminas.

La CGT denuncia que prácticamente el 90% de los socorristas que trabajan en Cataluña están "subcontratados a no más de 20 sociedades, de las que unas 7 se encargan de la vigilancia en las playas catalanas". El resto trabajan en piscinas.

Otro verano con sillas de vigilancia en Barcelona en lugar de torres

Otra de las quejas que llevan haciendo desde hace años los socorristas barceloneses tiene relación con las 21 sillas de vigilancia instaladas. Piden que se cambien por torres que les protejan del clima y de las radiaciones solares ultravioletas, responsables de los cánceres de piel por una alta exposición al sol. 

Exponen que las sillas no son ergonómicas y les dejan a la intemperie y con peligro de descargas durante tormentas con aparato eléctrico, al ser asientos metálicos. Tienen más de 30 años de antigüedad y las consideran “totalmente anticuadas”, teniendo en cuenta que los sistemas de vigilancia y seguridad en el mar “han evolucionado mucho” en este tiempo, aseguran.

Silla de vigilancia en la playa de la Nova Icària.
Silla de vigilancia en la playa de la Nova Icària.
ACN

Gracias a una mesa de trabajo conjunta con el Ayuntamiento y con el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), formada el año pasado, se llegó a un acuerdo para trabajar en un prototipo de torre y en su licitación, que se acaba de formalizar tras el paro de la actividad impuesto por la pandemia. 

El modelo de silla que propuso el AMB en 2018 acabó siendo denunciado ante Inspección de Trabajo por los vigilantes por "no es funcional ni seguro" y por "no proteger de las radiaciones ultravioletas ni permitir una buena visibilidad de los bañistas".

Carpas inflables provisionales a estudio 

Ante las dificultades para que estos puestos de vigilancia estén listos antes del próximo verano de 2021, los socorristas han pedido al consistorio que en esta campaña puedan instalarse carpas inflables provisionales para "una mayor protección". Pero todavía no han recibido respuesta oficial de la administración municipal. 

El contrato de las nuevas torres de vigilancia se ha podido formalizar finalmente este mes de junio 
por valor de 1,4 millones de euros. 
Estos puestos no estarán operativos 
en las playas de Barcelona antes 
del verano de 2021

20minutos.es se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Barcelona, que ha indicado que el contrato de las nuevas torres de vigilancia se ha podido formalizar finalmente este mes de junio por valor de 1,4 millones de euros. El pasado 5 de junio, el consistorio recibió la propuesta sindical de las carpas inflables que ahora están valorando los técnicos municipales.

Entre los posibles inconvenientes que están estudiando están las interferencias visuales que puede generar esta fórmula provisional, que pueden dificultar la capacidad de detección de incidencias por parte de los socorristas. Otro punto que se está analizando es si se pueden generar entradas de sol en el interior de las carpas que obliguen al vigilante a desplazarse durante la jornada en busca de zonas de sombra. También se está ponderando el plan logístico de montaje y conservación de estas estructuras, indican fuentes municipales. 

Modelo de silla de vigilancia que fue impugnado en 2018 a Inspección de Trabajo por los socorristas de Barcelona.
Modelo de silla de vigilancia que fue impugnado en 2018 a Inspección de Trabajo por los socorristas de Barcelona.
AMB
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