Atrapados por la Covid-19 en Senegal: lo dejaron todo para viajar dos años por el mundo y ahora solo quieren volver

  • Natalia y Luis, barceloneses, se compraron una autocaravana que ahora les ata a un camping de este país africano.
  • Las fronteras están cerradas por la pandemia y nadie les facilita transporte marítimo para su vehículo.
  • Quieren regresar a España por miedo al contagio en un país difícil y porque han vivido "situaciones horribles".
  • Explican que sus perros se han llenado de gusanos y que han tenido que coserles ellos mismos heridas sin anestesia.
Natalia y Luis con su autocaravana y sus perros en Senegal.
Natalia y Luis con su autocaravana y sus perros en Senegal.
N. P. / L. S.
Natalia y Luis con su autocaravana y sus perros en Senegal.

Natalia y Luis, enfermera ella y policía él, pusieron todo su empeño en alcanzar su sueño. Estos barceloneses de 36 y 34 años empezaron a ahorrar y a vender todo lo que no iban a usar, buscaron inquilinos para la casa donde vivían y por la que estaban pagando una hipoteca y pidieron una excedencia en el trabajo. El objetivo: comprarse una autocaravana y pasarse dos años dando vueltas por el mundo con ella, sus dos perros y todo el material que necesitan para practicar deportes, una de sus pasiones. Lo consiguieron y empezaron el viaje en septiembre, pero no imaginaron que a los pocos meses estarían intentando "volver a Barcelona por todos los medios", sin éxito.

Tras pasear por España, Portugal, Marruecos y Mauritania, la pandemia de Covid-19 les atrapó hace más de dos meses nada menos que Senegal, un país africano donde los hospitales, señalan, "son tercermundistas", donde a los blancos se les "tacha de culpables de traer la enfermedad", por lo que en algún caso han recibido alguna pedrada, y donde el "aislamiento es casi imposible porque la gente no guarda distancias y viven tres generaciones en una misma casa". "Según los datos oficiales, ha habido unos 3.000 contagios confirmados y alrededor de una treintena de muertos, pero el embajador español nos dijo que no nos fiáramos de esas cifras, porque la gente no tiene costumbre de acudir a los centros sanitarios, y menos por los primeros síntomas del coronavirus", explican.

Se pusieron en contacto con la embajada para pedir ayuda para regresar a Barcelona, pues la frontera de Senegal está cerrada por la pandemia, pero aunque les han ofrecido vuelos comerciales, se quejan de que por el momento no les han asegurado que los perros puedan viajar con ellos y no les han dado "ninguna opción" para la autocaravana, que debería llegar a España por mar. "Nos ha costado mucho conseguirla y dejarla aquí sin saber cuándo podremos volver a por ella ni si cuando volvamos estará bien, es muy difícil planteárselo, sobre todo cuando hemos visto que otros europeos han podido llevársela. Además, la necesitamos para vivir porque nuestra casa está alquilada", apuntan. A la espera de soluciones, llevan más de dos meses encerrados con cinco extranjeros más en un camping de este país africano por el que pagan "500 euros al mes" y donde han vivido buenos momentos, pero también todo tipo de adversidades. Se llama Zebrabar y está en el parque nacional Langue de Barbarie, 20 kilómetros al sur de la ciudad de Saint Louis.

Natalia y Luis en la playa.
Natalia y Luis en la playa.
N. P. / L. S.

"No salimos de aquí porque desde la embajada nos dijeron que si podíamos estar confinados, mejor", señalan, y aseguran que han tenido que pasar "por situaciones horribles". Primero Luis estuvo afectado "un par de semanas" por la "diarrea del viajero", con "fiebres altas". "Lo solventamos con nuestra medicación", dicen. Y luego vinieron los problemas con sus animales de compañía. "A Dark le atacó otro perro y tuvimos que coserle la herida nosotros mismos", cuentan. "También vimos un día que tenía un bulto en la zona abdominal y al apretar empezó a salir un gusano blanco. Tras retirarlo, inspeccionamos al perro y tenía más de 20 repartidos por todo el cuerpo", añaden, y señalan que se trataba de una infección causada por una mosca que pone larvas que se convierten en gusano, que puede afectar tanto a animales como a humanos, y que la combatieron gracias a una medicación que les consiguieron los dueños del camping, una pareja de suizos que llevan más de 25 años en Senegal.

En kayak.
En kayak.
N. P. / L. S.

"Hace un par de días Frank, un compañero del camping alemán, presentó un traumatismo cráneo-encefálico con herida abierta de unos cinco centímetros en el cuero cabelludo y le cosimos sin anestesia, ya que no teníamos", cuentan también.

Explican, asimismo, que tienen "problemas con la conexión a internet", lo que les impide informarse bien y les complica "contactar con la familia", y dificultades para conseguir alimentos. "Cada semana el grupo que estamos en el camping hacemos una lista de los productos que necesitamos y dos hombres senegaleses nos los traen, pero muchas veces faltan algunos, o están en malas condiciones, o nos traen lo que les parece, y es todo muy caro. Nos gastamos en la compra unos 130 euros semanales solo en alimentos básicos", aseguran.

Luis pescando.
Luis pescando.
N. P. / L. S.

A todos estos contratiempos, apuntan, se suma el miedo a contagiarse de coronavirus y a contraer otras enfermedades habituales en Senegal, como la malaria, y la preocupación por sus familiares y por la "disminución" de sus ahorros. 

"El ver que cada vez se prolonga todo más, que los gobiernos dan fechas y las aplazan y que todo va lento, la falta de respuesta de la embajada y el tener la sensación de que lo sucedido en España se repetirá aquí, pero con tres meses de retraso, hace que todo pese", lamentan.

El pasado 14 de mayo, una de las veces que lograron ponerse en contacto con la oficina del embajador para comunicar que se les había caducado el visado, volvieron a preguntar "qué posibilidades había para salir del país". "La respuesta fue que nuestra situación es complicada con los perros y la autocaravana, que esperásemos a ver si debido a presiones económicas abrían pronto las fronteras para comerciar y podíamos aprovechar para irnos", cuentan.

Asimismo, aseguran que han consultado con varias navieras para intentar que transporten su vehículo hasta España, pero "muchas no contestan" y otras no les "aclaran los trámites exactos" que deben realizar. "Todo esto tramitarlo a nivel particular es muy difícil. Por eso le pedíamos asesoramiento a la embajada, recomendación, pagándolo de nuestro bolsillo, pero nada", afirman.

También señalan que existe un sistema de envío que se llama RO-RO, pero que hay gente que lo ha usado y ha tenido "malas experiencias" porque han robado en el interior de su vehículo, y que existen compañías que "después de un primer pago de unos 3.000 o 4.000 euros reclaman unas tasas extras para retirar la autocaravana de otros 1.000 o 1.500 euros".

Junto a su autocaravana.
Junto a su autocaravana.
N. P. / L. S.

Luis explica, además, que el mes pasado sus padres "escribieron al Defensor del Pueblo" explicando su situación y les contestó con una carta en la que recomendaba que solicitaran "a las embajadas de Dakar, Mauritania y Marruecos un salvoconducto para poder cruzar las fronteras con su autocaravana y embarcar con un ferry hacia España". "Transmitimos a la embajada la carta y nos dijeron que nos dirían algo en una semana. No sabemos si servirá, pero han mostrado un poco más de interés", celebra.

Mientras esperan a que alguien les dé la buena noticia de que pueden regresar a Barcelona, siguen con su día a día en el camping, intentando sacarle "el máximo partido a la situación".

"Es un lugar privilegiado, ya que está rodeado de naturaleza y muchas especies de aves, y tenemos acceso a una laguna que no tiene el agua muy limpia pero aprovechamos para refrescarnos, hacer algo de kayak o nadar y pasear por la orilla, aunque está llena de plásticos", dicen.

Comparten el camping con una pareja de alemanes, otra de franceses y un chico argelino, que les han enseñado a hacer pan, montan talleres de pintura y fotografía, les dan clases de idiomas y les "animan los días" con un "dolby surround que han colocado en el exterior" para que puedan bailar. "Nosotros les enseñamos castellano, yoga, entreno personal y a hacer cocina española", apuntan.

"Estamos rodeados de gente maravillosa y superando los obstáculos todos juntos", se alegran, e informan de que tienen una cuenta de Instagram, @convistasalmundoac, donde narran con fotografías sus experiencias en su viaje. Se ha quedado parado en Senegal, y suspiran por poderlo continuar algún día en Guinea, Turquía, Mongolia o Tailandia.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento