Brasil suma 888 muertes y casi 20.000 contagios por coronavirus en un día y Bolsonaro se aferra a la cloroquina

Pacientes de COVID-19 en un hospital de Manaos, en el estado brasileño de Amazonas.
Pacientes de COVID-19 en un hospital de Manaos, en el estado brasileño de Amazonas.
RAPHAEL ALVES / EFE
Pacientes de COVID-19 en un hospital de Manaos, en el estado brasileño de Amazonas.

El Gobierno del presidente Jair Bolsonaro se ha aferrado a la cloroquina como tabla de salvación en medio de la pandemia del coronavirus y este miércoles recomendó su uso para tratar a pacientes con síntomas leves de COVID-19, que deja ya cerca de 19.000 muertos en Brasil, tras registrar 888 en el último día. El número diario de contagios alcanzó además un nuevo máximo hasta los 19.951, con lo que el total de casos confirmados en el país asciende a 291.579.

Orientado por Bolsonaro, el Ministerio de Salud publicó este miércoles un nuevo protocolo sobre el tratamiento a los pacientes con coronavirus, el cual extiende el posible uso de cloroquina e hidroxicloroquina en casos leves, pese a que la eficacia de esos antipalúdicos aún no ha sido demostrada en la lucha contra el virus.

"Una esperanza, como relatado por muchos que la usaron", afirmó Bolsonaro, un día después de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, anunciara que seguirá tomando hidroxicloroquina porque siente "curiosidad" por sus efectos, si bien este miércoles afirmó que abandonará ese tratamiento preventivo "en un día o dos".

El nuevo protocolo fue publicado en Brasil un día después de que importantes asociaciones médicas desaconsejaran el uso de la cloroquina y sus derivados al considerar que las evidencias sobre su eficacia para tratar la COVID-19 son "débiles" y que, además, puede tener graves efectos colaterales, como arritmias cardíacas.

Situación de "guerra"

Pese a las recomendaciones de los especialistas, Bolsonaro recalcó que la situación de "guerra" que vive Brasil, el tercer país más afectado por la COVID-19, justifica la decisión de su Gobierno para autorizar su uso.

"Aún no existe comprobación científica, pero está siendo experimentada y usada en Brasil y en todo el mundo. De todas formas, estamos en guerra" y "peor que ser derrotado es la vergüenza de no haber luchado", resaltó el capitán de la reserva del Ejército en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.

La obsesión de Bolsonaro por este medicamento precipitó la caída de dos ministros de Salud en menos de un mes. Primero fue destituido Luiz Henrique Mandetta tras duros embates con el presidente, mientras que su sucesor, Nelson Teich, presentó su renuncia 28 días después de asumir el cargo.

Teich fue sustituido de forma interina por el general Eduardo Pazuello, un militar con un sólido currículum pero sin experiencia en el área de salud y que este miércoles firmó el nuevo protocolo sobre el uso de la cloroquina, empleada durante décadas para tratar la malaria y el lupus.

Pese a que su nombramiento era temporal, Bolsonaro reconoció que Pazuello podría "quedarse por mucho tiempo" en el cargo.

Sin una estrategia clara

Más allá de promover el uso de la cloroquina, el Gobierno brasileño sigue sin presentar una estrategia clara para combatir el coronavirus, cuyo pico se espera para el próximo mes de julio.

Bolsonaro, mientras tanto, continúa desdeñando la gravedad de la enfermedad y presiona para la reapertura de las actividades productivas, en momentos en los que el país se encuentra a un paso de convertirse en el epicentro mundial de la pandemia.

Los estados brasileños, con autonomía para decidir las medidas de aislamiento social, han adoptado un amalgama de recetas para enfrentar la crisis, pero hasta el momento han sido insuficientes para frenar la propagación de los contagios.

Recelo de EE UU

La cuestionada gestión de Brasil en la crisis sanitaria y el avance de la enfermedad han activado las alarmas en los países de la región y también en Estados Unidos, país con el que Bolsonaro presume de haberse aproximado desde que llegó al poder, el 1 de enero de 2019.

Trump afirmó el martes que se plantea vetar la entrada a Estados Unidos de los extranjeros procedentes de Brasil, una idea que ya había puesto sobre la mesa a finales de marzo ante el incremento de casos en el país suramericano.

"Lo estamos considerando, aunque esperamos que no tengamos un problema", afirmó Trump.

"Brasil ha ido por la vía de [la inmunidad de] grupo, ya saben lo que es, del grupo, y están teniendo problemas, de eso no hay duda", subrayó. 

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