Tribunales.- Condenado a un año y tres meses por tener armas de aire comprimido adaptadas para tirar cartuchos

El Juzgado de lo Penal número diez de Sevilla ha condenado +a un año y tres meses de cárcel y a una multa de 1.620 euros a un varón de 74 años, en cuya finca de Pilas fueron descubiertos los cadáveres de decenas de aves de especies protegidas o cuya caza no está autorizada, así como una carabina de aire comprimido transformada para disparar con ella cartuchos metálicos, otra carabina en fase de adaptación para el mismo objeto y una pistola simulada o de "airsoft" que también estaba siendo manipulada para lo mismo.
Agentes de la Guardia Civil
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GUARDIA CIVIL-ARCHIVO
Agentes de la Guardia Civil

En su sentencia, recogida por Europa Press, dicha instancia judicial detalla que en enero de 2013, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil realizaron una inspección en una finca de Pilas dedicada a granja cinegética y propiedad de F.R.M., de 74 años de edad.

En dicha finca descubrieron "en un congelador" múltiples ejemplares de aves, como "dos rabilargos, 49 petirrojos, cuatro colirrojos, 38 currucas y una tarabilla", especies "todas ellas incluidas en el listado andaluz de especies silvestres en régimen de protección especial, así como "ocho verderones, 40 verdecillos, cuatro mirlos y ocho gorriones, especies silvestres cuya caza no se encuentra autorizada".

"MÉTODOS DE CAZA PROHIBIDOS"

Además, los agentes descubrieron "una cantidad ingente de métodos de caza prohibidos, como 146 costillas, cajas de hormigas aladas usadas como cebo de pájaros insectívoros, dos redes de pantalla y cuatro de suelo, un visor nocturno adaptable para arma larga o un cepo".

Igualmente, hallaron una carabina de aire comprimido "transformada para disparar cartuchos metálicos del calibre 22", otra carabina que estaba en proceso de adaptación para disparar cartuchos metálicos del calibre 36 y una pistola simulada o de "airsoft", que también estaba siendo manipulada para que pudiese disparar cartuchos del calibre 22.

"Se trata de una explotación cinegética en la que el acusado desarrolla la actividad y cuyo objeto son también especies protegidas de especial interés, sin que el acusado discrimine a la hora de usar artes o medios de casa prohibidos y a la hora de cazar unas especies u otras", expone el Juzgado de lo Penal número diez.

A tal efecto, dicha instancia condena a F.R.M. a un año y tres meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas y a una multa de 1.620 euros por un delito contra la fauna, imponiéndole además una indemnización de 47.000 euros a la Junta de Andalucía por los daños causados a la fauna y dos años de inhabilitación especial para cazar o pescar.

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