Alertan de un aumento del consumo de pornografía infantil por el confinamiento

Pornografía infantil.
Imagen de archivo de un dispositivo con pornografía infantil.
GUARDIA CIVIL / ARCHIVO
Pornografía infantil.

El confinamiento a causa de la epidemia de coronavirus ha disparado el tráfico en internet, pero este hecho puede ocultar inquietantes realidades. Una de ellas es el aumento de la actividad de los pedófilos y del consumo de la pornografía infantil.

El declaraciones a BBC Mundo, la inspectora Cecilia Carrión, del Grupo III de Protección del Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, explica que tienen bajo vigilancia foros de internet en los que han detectado un incremento de la actividad de lo que llaman "círculos pedófilos".

"Uno de los temas más recurrentes desde que empezó el confinamiento en España es cómo pueden sacar beneficios de esta situación", dice Carrión. 

Según la BBC, sólo entre el 17 y el 24 de marzo se registraron 17.000 descargas de material con pornografía infantil. La semana siguiente se produjo un aumento del 25%, con 21.000 descargas en total. Según Cecilia Carrión, "ahora ha disminuido un poco y se ha estabilizado, pero sigue habiendo más descargas de lo normal".

Este problema, según la BBC, está siendo común en todos los países, según un informe de Europol.

Pero la situación puede empeorar cuando acabe el confinamiento, ya que los expertos policiales alertan de que se pueden producir dos problemas que probablemente ocurrirán en los próximos meses.

Según David Reguero, del grupo de Protección al Menor de la Policía, "se trata de problemas que suelen darse después de las vacaciones de Navidad, de Semana Santa o de verano, o sea, cuando los niños pasan más tiempo en casa, delante del ordenador o con el móvil, conectados a internet". 

"En estas ocasiones notamos un incremento de nuevos vídeos de abusos y el aumento de casos de grooming, es decir, la treta con la que se engaña al menor para que acceda a realizar actividades de contenido sexual", añade.

Los depredadores sexuales suelen crearse perfiles falsos en redes sociales o se hacen pasar por menores en chats de videojuegos como el Fortnite. Cuando se ganan la confianza de sus víctimas, empiezan a pedirles imágenes o vídeos, desnudos o en actitudes sexuales. Luego usan esas imágenes para exigir más, bajo chantaje.

"El abusador consigue mantener al niño coaccionado durante semanas o incluso meses. Las denuncias nos llegan solo cuando el niño ya no puede más y se lo cuenta a sus padres o porque los padres consiguen descubrirlo", dice Reguero.

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