La pandemia del Covid-19 se recordará, seguro, en los libros de historia del futuro, pero aun así, no es la primera epidemia de la historia, ni mucho menos la última. De hecho, otras veces se han producido situaciones similares y con asombrosos puntos de coincidencia con la actual epidemia.

Un buen ejemplo es una grave plaga que sufrió la ciudad de Atenas, en Grecia, en el año 430 a. C. Tal y como recoge la BBC, se cree que fue una epidemia de tifus que acabó con la vida de un tercio de la población de la ciudad-estado.

Conocemos sus detalles gracias al historiador Tucídides, que relató cómo fue aquella epidemia y cómo se luchó contra ella.

Fue el médico Hipócrates el que diseñó la estrategia: tomar nota de los síntomas y registrar cómo respondían los enfermos a los tratamientos recomendados. Tucídides relata que la gente solía caer en la desesperación cuando conocía que estaba enferma: "Aquellos que estaban convencidos de que no tenían esperanza se rendían mucho más rápido y morían".

El historiador también recogió que la mayor incidencia de mortalidad se dio en aquellos que cuidaban y atendían a otros: murieron en masa.

Otro efecto de la epidemia griega fue un incremento en la comisión de delitos, porque los malhechores daban por hecho que escaparían de los castigos. 

Según Armand D'Angour, profesor de lenguas clásicas en la Universidad de Oxford, la conclusión que hay que sacar de este episodio de la historia es que en casos así hay que evitar el contagio cercano, y que se debe proteger al personal sanitario. "Le ley —añade D'Angour— debe continuar funcionando de forma robusta. Y es importante que la gente se mantenga en un estado mental positivo".

Otra de las cosas que nos enseñaron los atenienses de la época es que pudieron reponerse en poco tiempo. 15 años después fueron capaces de reunir una gran fuerza militar y naval para guerrear en el extranjero.