En televisión, no es oro todo lo que reluce, y, si no, que se lo pregunten a Carlota Corredera. La gallega, uno de los rostros habituales de la pequeña pantalla gracias a su trabajo como presentadora en Sálvame, ha desvelado las consecuencias que esto ha tenido para ella y que se reflejan en su piel.

A través de su Instagram, Corredera confiesa que tiene que recibir constantes tratamientos para la piel, ya que el maquillaje y las horas que se pasa frente a las cámaras le han pasado factura. 

Además, asegura que el tabaco y la mala alimentación por el horario del programa le estaban provocando granitos muy incómodos en la piel por tenerla excesivamente sensible y un gran aumento de peso. 

"Llevo diez años acudiendo a centros de estética. Empecé por un brote terrible de granitos en el cuello, tengo la piel muuuuy sensible y el estrés de la tele hacía estragos en mi cara. Esos granitos se esfumaron pero he seguido cuidando de mi rostro, cuerpo y alma", expresó.

Por eso, la presentadora se somete desde hace años a varios tratamientos que luchan por "reequilibrar y restaurar la piel" gracias a una bomba vitamínima específica para ella.