El hallazgo de unos huesos podría reabrir parcialmente el caso de las niñas de  Alcàsser, el triple asesinato que conmovió a España en 1992. Según el diario Las Provincias, el Instituto de Medicina Legal de Valencia  se dispone a citar a familiares de dos de las víctimas para comparar su ADN con el de unas falanges halladas el año pasado cerca de la fosa del crimen.

Miriam, Toñi y Desirée, de entre 14 y 15 años, desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992 cuando se dirigían haciendo autoestop a una fiesta de instituto en Picassent. Sus cuerpos fueron posteriormente encontrados en una fosa del barranco de La Romana, cerca del pantano de Tous, dando inicio a uno de los casos más mediáticos en la historia del país.

El pasado 24 de junio, una pareja que había acudido a la zona donde fueron hallados los cuerpos para dejar unas flores encontró cuatro huesos que parecían falanges humanas. Los llevaron envueltos en papel aluminio al cuartel de la Guardia Civil de Oliva, donde dieron parte al laboratorio de criminalística de la Comandancia de Valencia y al Instituto de Medicina Legal.

Cita a los padres

Según Las Provincias, la investigación ha confirmado que se trata de huesos humanos y ha logrado extraer el ADN de los mismos. Ahora tiene previsto citar a la madre de Desirée y al padre de Miriam para tomarles muestras de ADN y compararlo con el de las falanges halladas. 

Los investigadores descartan citar a familiares de Toñi porque las autopsias hechas a su cadáver determinaron que no le faltaban huesos en las extremidades, a diferencia de las otras dos niñas.

El diario valenciano afirma que el Juzgado número 6 de Alzira, donde se tramitó el sumario, ya ha recibido la petición para tomar muestras biológicas de Rosa Folch (madre de Desirée) y a Fernando García (padre de Miriam).

Nueva búsqueda

En caso de que estos análisis resultaran positivos, la jueza podría ordenar a la Guardia Civil ordenar un nuevo cribado de la tierra de la fosa en busca de restos óseos.

Esta investigación, de acuerdo con el diario, solo buscaría asegurarse que no hay más restos óseos en la zona, sin reabrir el dolor causado a las familias ni dar pábulo a algunas de las diversas teorías que surgieron en torno al crimen.

Según el periódico, en enero de 2017 ya se encontró en la misma área un premolar. Sin embargo, el deterioro que presentaba impidió extraer del mismo ninguna muestra de ADN.