Tania Pedraza Sánchez era limpiadora en una nave en la que se fabricaba el pan para los supermercados de la zona en Abrera, Barcelona.
El día 9 de octubre, Pedraza entró a su trabajo, pero jamás salió. Las cámaras grabaron su entrada pero no su salida, y su automóvil permanecía en el estacionamiento de los trabajadores del polígono. Tampoco fue a buscar a la guardería a su hijo de dos años, como hacía habitualmente.
Los Mossos buscaron su cuerpo en la nave ese mismo día, pero no lo encontraron. Al comprobarse que no había salido de las instalaciones, repitieron la búsqueda, y esta vez sí encontraron su cuerpo.
El hallazgo se produjo más de 27 horas después de su desaparición: en el silo de levadura en el que había caído no se vio su cuerpo la primera vez, ya que el producto lo había cubierto, según informa El Caso.
La fallecida, cuya muerte apuntaría a un accidente laboral, estaba casada y tenía otros dos hijos, de 15 y 12 años.
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