Miles de personas aún intentan reponerse de la última gota fría, que además de cobrarse seis vidas, provocó daños millonarios en infraestructuras, viviendas, empresas y cosechas. La intensidad con la que el temporal golpeó a zonas de Murcia, Albacete, Alicante, Almería y Madrid sorprendió a muchos ciudadanos, pero no a quienes vienen alertando desde hace años de la incidencia del cambio climático en la meteorología.

"Las gotas frías (conocidas con el nombre de DANA, siglas de depresión aislada en niveles altos) serán cada vez más frecuentes y más intensas", explica Santiago Martín Barajas, experto en cuestiones hidrológicas de Ecologistas en Acción. "Si a eso le sumas que en los cauces de los ríos de España hay 50.000 construcciones, la mayoría de ellas residenciales, el resultado es lo que vimos hace unas semanas", agrega.

De acuerdo con datos del Ministerio de Transición Ecológica, que aporta la oenegé medioambiental, unas 700.000 personas viven en España en zonas de alto riesgo de avenida fluvial en la próxima década.

Estos lugares están perfectamente identificados en el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (Snczi), que se puso en marcha en 2009. Se trata de una herramienta online en la que los ciudadanos pueden consultar si sus propiedades se levantan en lugares peligrosos.

Estos mapas se actualizan periódicamente y se destinan cuantiosos esfuerzos, tanto humanos como económicos, a contar con la información más completa. No en vano, las inundaciones son la primera causa de muerte por desastres naturales en España. Desde el año 2000, al menos 184 han perdido la vida en episodios de avenida, de acuerdo con los datos que maneja Interior. Recientemente se ha licitado un contrato público para actualizar los planes de gestión del riesgo inundación cuyo valor estimado asciende a 16,9 millones de euros.

Según el Snczi, hay zonas con alta probabilidad de inundarse por el desbordamiento de ríos en los próximos 10 años en todas las comunidades. Las más expuestas se localizan en la costa levantina: en Murcia viven alrededor de 155.000 personas en riesgo, mientras que en las de la Comunidad Valenciana hay censadas unas 120.000. Andalucía registra alrededor de 43.000 vecinos en territorios inundables, mientras que Cataluña tiene contabilizadas unas 26.000 y Madrid en torno a 11.000.

En la región murciana, el mayor desafío lo representa el desbordamiento del río Segura, que sobre todo afectaría a vecinos de la capital o la cercana Beniel. En esta Comunidad hay otras localidades afectadas como Torre Pacheco, Los Alcázares, La Unión o San Javier, entre otras. Mientras, en la Comunidad Valenciana, los riesgos más relevantes se localizan en la Albufera y también en algunos barrancos de los alrededores de Valencia capital, Alicante, Orihuela y Castellón.

Las hipotéticas avenidas del Ebro pondrían en jaque a vecinos de cuatro comunidades. Las inundaciones más relevantes se localizan en la desembocadura (en Tortosa y Amposta, entre otros municipios), en la provincia de Zaragoza (a su paso por la capital y su entorno metropolitano), en Logroño y en la ribera baja navarra.

El Guadiana es otro de los cauces que presenta varias alertas: cerca de Badajoz y Mérida y también en otras localidades de la provincia de Ciudad Real, como Villarrubia de los Ojos, Alcázar de San Juan o las Tablas de Daimiel.

En Andalucía, el mayor riesgo identificado lo representa el Guadalquivir a su paso por localidades cercanas a Sevilla como Lora del Río, Cantillana o Alcolea del Río, aunque una hipotética crecida también podría complicar la situación en algunos barrios de Córdoba.

Hay otros riesgos de avenida que localiza el sistema, como los que podrían provocar los ríos Órbigo y Esla en la provincia de León, el Esgueva en Valladolid, el Segre en Lérida o el Arga en Pamplona.