Ricardo Artola: "Ganar la carrera espacial fue una muestra de la superioridad indudable del sistema americano"

  •  El editor y escritor especializado en historia contemporánea repasa los hitos de la carrera espacial.
  • "La excelencia de la Nasa no es el ‘cero fallos’ es que cuando hay un fallo grave que en condiciones normales acabaría con los astronautas consigue devolverlos sanos y salvos", asegura.
  • ESPECIAL: '50 Años de la llegada a la Luna'
Ricardo Artola
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Ricardo Artola ha consagrado su vida a la palabra escrita y a la historia. En su faceta de editor ha pasado por sellos tan célebres como Alianza o Planeta hasta lanzar el suyo propio: Arzalia. Comparte con 20minutos.es sus reflexiones sobre la batalla que libraron EEUU y la URRS por plantar primero su bandera en la Luna. Artola, además, es el autor del libro La Carrera Espacial. Del Sputnik al Apollo 11 en el que repasa los hitos de la carrera espacial.

En su libro, usted dice que Julio Verne y su ‘De la Tierra a la Luna’ fue una inspiración para los iniciadores de la carrera espacial.

En un sentido figurado sería el gran pionero, sin duda. Porque encendió las imaginaciones de Von Braun, Korolev… Julio Verne les proporcionó un discurso y un relato. La figura de Julio Verne es muy importante como excitador de las pasiones, de los sueños...

El lanzamiento del Sputnik I en 1957 por la URRS generó gran histeria en EEUU.

Efectivamente. Eso está muy bien reflejado en el cine. Se refleja bien ese clima que había en la Guerra Fría. En este caso los soviéticos se estaban adelantando aunque en términos militares fue irrelevante. Por parte de los soviéticos lo que pasó fue que fue EEUU quien les dio la verdadera relevancia de lo que habían hecho. Jruschov y el aparato del partido descubren que tienen entre manos una gran máquina de marketing.

EEUU entra realmente en la batalla en mayo de 1961 tras el mítico discurso de Kennedy

Los soviéticos inician la carrera sin pretenderlo cuando lanzan el Sputnik, pero los americanos intentan igualarlo y superarlo desde el primer momento. En 1961 lo que ocurre es que Kennedy fija la meta. En realidad [Kennedy] está reaccionando a la confluencia de Gagarin y de Bahía de Cochinos, que se producen más o menos por las mismas fechas. En ese momento la presencia del hombre en el espacio es fundamental.

Rusia estuvo por delante de EEUU al menos hasta 1967.

Yo diría quizá hasta 1965. Igualmente, es engañoso. No es como estar viendo una carrera. Los soviéticos tienen las herramientas suficientemente potentes para lanzar el Sputnik y todo lo que vino después pero no tienen una hoja de ruta racional, mientras que los americanos sí la tienen. Todos esos hitos a los soviéticos no les llevaban a nada más que al hito en sí mismo. Los hitos americanos sí les llevan al objetivo final, que es llegar a la luna. Los soviéticos nunca consiguieron un cohete lo suficientemente potente para una misión lunar.

El programa Apollo y su equivalente soviético, el Soyuz, empezaron con sonados accidentes…

Una de las cosas que llama la atención de la era espacial es las pocas bajas que hay, los pocos accidentes. Los americanos solo tienen esas tres bajas del Apollo I (1967) que les permiten hacer una revisión exhaustiva de los fallos de la nave. La excelencia de la Nasa no es el ‘cero fallos’ es que cuando hay un fallo grave que en condiciones normales acabaría con los astronautas consigue devolverlos sanos y salvos.

¿Qué supuso para el mundo que Armstrong pisara la Luna?

Supone, efectivamente, ganar la carrera. La carrera espacial es una lucha de prestigio entre los dos bloques de la Guerra Fría. Una lucha pacífica. Eso es lo que moviliza tantos recursos. Ganar la carrera fue una demostración 20 años antes de la caída del Muro de Berlín de la superioridad indudable del sistema americano. Y por eso es muy importante. Aparte de porque encendió la imaginación de la gente ver a un semejante embarcado en esa aventura increíble.

La conquista lunar... ¿mostró más nuestro poder o expuso nuestros límites?

Si te paras a pensarlo dices, estoy haciendo un viaje a un satélite, pero que en términos espaciales está aquí al lado. Cuando miras desde la luna y miras más allá simbólicamente el siguiente paso es exponencial. Es como pasar de dos paradas de metro a coger un vuelo de 24 horas. Una diferencia abismal.

Llama la atención que el mismo vehículo que llevó a los primeros hombres al espacio también podía llevar cabezas nucleares.

Claro. [Un cohete] Es lo que en terminología técnica se llama un vector. En la punta de ese vector puedes colocar un arma, puedes colocar una sonda o puedes colocar una nave tripulada. Lo que pasa es que luego cuando se va produciendo la especialización en virtud de lo que tú necesitas desarrollas un tipo de cohete u otro.

¿Se imagina una nueva carrera espacial?

Los historiadores tampoco estamos para hacer futurología. Lo que sí es cierto que Rusia, como heredera de la Unión Soviética, evidentemente ha descendido muchos escalones. EEUU los mantiene pero está en otras cosas. Y China es un poder emergente. A estas alturas mandar una misión no tripulada a la cara oculta de la luna no impresiona. Pero ¿cuál es el plan? esa es la otra pregunta. En la única carrera espacial que hemos conocido sabíamos cuál era el objetivo, pero ahora... ¿para qué?, ¿para decir: estamos aquí? ¿para plantar otra bandera y volverse?

Entonces... ¿El ser humano llegó a la luna, no?

La respuesta corta a la pregunta es: por supuesto que llegamos. Yo he aprovechado este aniversario para hacer mi propia campaña contra esto. Lo estamos alimentando nosotros. Solamente veo el escepticismo porque lo preguntáis los periodistas. ¿Dónde está realmente el escepticismo? quizá lo hubo en su momento porque era bastante increíble lo que había ocurrido, pero yo no lo veo. No veo las redes sociales llenas de conspiranoicos de la llegada del hombre a la luna. Olvidémonos ya de este asunto. Es un muerto que resucitamos en cada aniversario. Y la mejor manera de rematar a un muerto viviente es no hablar de él.

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