El amor no es para siempre, o eso parece. Ni siquiera cuando su protagonista es una leyenda musical como Alejandro Sanz. Su relación con Raquel Perera ha llegado a su fin tras una profunda e insalvable crisis.
Nada han podido hacer para reavivar una llama que, explican a 20minutos, empezó a menguar hace más de un año cuando las diferencias entre ellos provocaron que el cantante dejara de vivir en la casa conyugal para tomar distancia.
Aunque por aquel entonces intentaron que su entorno más cercano no fuera consciente de la gravedad de la situación, Alejandro y Raquel hacían vidas separadas. Ambos crearon nuevos mundos y se dejaron fluir aceptando todas las consecuencias.
El final se desencadenó hace exactamente tres meses. El artista se reunió con su pareja y le propuso romper definitivamente su matrimonio. Ella aceptó sin remilgos y se prometieron mutua lealtad.
Por el momento, han cumplido con sus acuerdos. No solo en lo económico, sino también en lo sentimental. Aunque es pronto para sentar las bases de una amistad y ha habido ciertos desencuentros importantes, entre ellos existe actualmente una relación cordial por el bienestar de los dos hijos que tienen en común. No habrá habladurías. Hay mucho en juego. Tal vez demasiado. Y no precisamente afectos...
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