Francia paraliza la libertad de Josu Ternera por tres órdenes de entrega de la Audiencia Nacional

Josu Ternera, poco antes de su detención.
Josu Ternera, poco antes de su detención.
CEDIDA / EUROPA PRESS
Josu Ternera, poco antes de su detención.

Las autoridades francesas han dejado en suspenso este miércoles por la tarde la puesta en libertad del dirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera,, debido a tres órdenes de extradición dictadas contra él desde la Audiencia Nacional, según fuentes jurídicas y de la lucha antiterrorista.

Las órdenes de extradición que están vigentes para Ternera son las incluidas en las causas sobre el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza de 1987, el asesinato del directivo de Michelin Luis María Hergueta en 1980 y la financiación de ETA a través de 'herriko tabernas', que instruyen los juzgados de la Audiencia Nacional.

En todas ellas, Urrutikoetxea está procesado en calidad de dirigente de la organización terrorista, pero aún no se le ha podido juzgar, ya que hasta el pasado mes de mayo permaneció huido de la Justicia y en España no existe el enjuiciamiento en rebeldía.

A pesar de que esta mañana el Tribunal de Apelación de París había ordenado la puesta en libertad provisional del etarra, bajo control judicial, finalmente las autoridades francesas han dado cumplimiento a las órdenes dictadas desde España y no le han permitido abandonar la cárcel

Libertad en suspenso hasta resolver las euroordenes

Fuentes judiciales indican que la notificación de las euroordenes se le hará en un plazo máximo de 48 horas, y que después comparecerá ante la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París, que decidirá si vuelve a prisión o sale libre. A partir de ese momento debería iniciarse la tramitación habitual en esa sala de instrucción, un procedimiento que suele prolongarse durante meses e incluso más de un año si luego se recurre al Supremo.

El etarra fue trasladado esta tarde desde la prisión de la Santé de París, donde estaba ingresado desde el 17 de mayo —un día después de su arresto en una localidad de los Alpes franceses—, hasta la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) de la policía en Levallois Perret, a las afueras de la capital.

Sus hijos Egoitz e Irati estuvieron esperando en balde su salida a las puertas de la prisión, después de haber asistido por la mañana a una audiencia ante el Tribunal de Apelación de París que accedió a su demanda de levantar la orden de encarcelamiento.

Las tres jueces comunicaron, sin dar justificaciones, esa decisión de poner en libertad a este etarra que al ser capturado hace poco más de dos meses en la localidad de Sallanches llevaba casi 17 años en la clandestinidad. Según sus abogados, las magistradas decidieron liberarlo no por su estado de salud —Urrutikoetxea, de 68 años, debe ser operado de la próstata— sino porque habían quedado convencidas por las garantías de que no iba a eludir la acción de la justicia.

En Francia tiene pendiente dos juicios porque ha pedido que se repitan los dos en los que fue condenado en rebeldía, uno a siete años de cárcel en diciembre de 2010 y otro a ocho años en junio de 2017. Eso será abordado en una audiencia del Tribunal Correccional de París el próximo 28 de junio, aunque con total seguridad el examen del fondo se pospondrá al menos hasta después del verano.

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