La crisis económica de 2008 generó profundos cambios en la sociedad española, muchos de los cuales aún están por definirse. Las grandes protagonistas de estas transformaciones han sido las generaciones más jóvenes.
En la última década, España ha pasado de ser un "país de propietarios" de vivienda a uno en el que los jóvenes cada vez optan más por el alquiler, de los trabajos para toda una vida a la cada vez mayor inestabilidad y flexibilidad laboral y, según los primeros indicios, la siguiente tendencia podría ser hacia un abandono paulatino del vehículo privado por los más jóvenes.
Los datos hasta la fecha muestran un descenso significativo en el número de nuevos conductores desde el inicio de la crisis. De los 582.021 jóvenes de entre 18 y 20 años que aprobaron el carnet de conducir en 2009, el número de nuevos conductores de esa edad se ha reducido a más de la mitad hasta los 195.072 en 2017 -aunque ese año las cifras fueron particularmente bajas debido a la huelga de examinadores de la DGT-.

Una tendencia internacional
Esta tendencia no es única de España, y son varios los estudios que se han realizado al respecto en otros países de nuestro entorno, con el foco puesto en los adultos más jóvenes. El Gobierno británico, en asociación con varias universidades del país, publicó un informe en 2018 titulado El viaje de los jóvenes - Qué ha cambiado y por qué.
Este estudio constató un descenso en el número de jóvenes adultos que decidían sacarse el carnet. Lo atribuía a los altos precios, tanto del permiso de conducción como de los gastos derivados de un automóvil, al mayor uso del transporte público y otras alternativas al vehículo privado en las áreas urbanas y al retraso general en ciclo vital tradicional en el que aprobar el carnet de conducir era paralelo a la emancipación y a la incorporación al mercado laboral.
En España, sin embargo, existen ciertas particularidades respecto a otros contextos, como el norteamericano. "No podemos decir que el acceso al carnet de conducir de los menores de 21 años fuese universal antes de la crisis. En el primer año de la serie en 2007, sólo un 22% de los jóvenes potenciales conductores se sacaron el carnet", explica Juan Antonio Módenes-Cabrerizo, profesor del Departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona.
"En efecto, hay un descenso relativo del el porcentaje de jóvenes con carnet", admite Módenes-Cabrerizo, que lo atribuye a factores demográficos, de estructura -los jóvenes se concentran cada vez más en áreas urbanas- y de comportamiento, relacionado con una mayor concienciación ecológica, aunque "mínimo y muy concentrado en ciertos sectores sociales y urbanos".
El factor económico
Más allá de factores demográficos y de los cambios de valores, la mayoría de estudios atribuyen esta caída en el número de jóvenes con carnet a un factor económico, directamente relacionado con las consecuencias de la última crisis. "Muy posiblemente, en muchas familias, el carnet de conducir de los hijos ha sido un gasto a reducir", explica Módenes-Cabrerizo.
El paulatino alejamiento de los jóvenes del vehículo privado se verá compensado por la llegada a la vejez de una generación áltamente motorizada como los "baby boom" y no producirá, a pesar de todo, un cambio tan dramático en la forma en la que las personas nos movemos dentro de las ciudades. O, al menos, no será el factor fundamental en ese cambio.
"Las generaciones de los más viejos, muy poco motorizados, están siendo sustituidas y lo serán por generaciones de personas mayores que se motorizaron desde los 60", declara Módenes-Cabrerizo. "Esto hace que ya prácticamente en todas las edades tengamos cohortes motorizadas".
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