El acusado de matar a su expareja en Olivares (Sevilla) ha declarado este martes que se siente "plenamente responsable" del suceso y que está arrepentido. Ha asegurado que la víctima "pudo defenderse perfectamente" y que él también luchó por su vida durante el "forcejeo". Expolicía y dominicano responde a las siglas J.M.R.M., de nombre Jose Manuel.

La Fiscalía solicita 23 años de cárcel por un delito de asesinato con  agravante de alevosía y otro de violencia habitual en el ámbito familiar. La Junta de Andalucía pide 30 años. Mientras,  la defensa reclama 4 por homicidio imprudente. El Ministerio Público reclama, también, una indemnización de 360.000 euros.

Ha sido en la segunda sesión del juicio, desarrollado en la Audiencia Provincial de Sevilla, donde el acusado ha señalado que el día de los hechos, 16 de octubre de 2016, fue a recoger a sus dos hijos a la casa donde su expareja cuidaba de un matrimonio mayor, aparcó a unos 15 metros de la puerta y mandó un mensaje para que los niños salieran.

El día anterior al asesinato de la mujer, Jose Manuel envió hasta nueve mensajes a su expareja insultándola y reprochándola estar con otro hombre. En su declaración afirmaba que tenía "la cabeza como una olla a presión" por la relación de la mujer con un hombre "implicado en el consumo de drogas".

La mujer salió del portal a las 8:OO horas, cuando había quedado, con sus hijos. Después le pidió la carpeta de los niños. Para él "estaba alterada".  A esa declaración ha añadido que abrió el maletero y, junto con la carpeta, cogió un cuchillo de un "kit" de barbacoa que tenía al lado (la policía no lo ha encontrado todavía).

A continuación, se dirigió hacia la mujer, que, en su opinión, "vio perfectamente" que llevaba el cuchillo y "tuvo todas las facilidades para entrar en la casa". El expolicía le tiró la carpeta y ella reaccionó "lanzando patadas". Fue entonces cuando empezó el "forcejeo" por el que cayeron ambos al suelo.

De las 12 heridas de cuchillos del informe forense, J.M.R.M. ha dicho que "siete son de defensa" y ha añadido que "ella pudo defenderse perfectamente", ya que "incluso llegó a quitarme el cuchillo". El supuesto asesino remarca que si se hubiera metido en la casa "seguramente no habría pasado nada".

"No sé en qué circunstancias se produjeron las heridas". El acusado ha proseguido tras recordar "haber tirado el cuchillo cuatro o cinco veces" y que cuando se lo quitó a ella, lo lanzó al ver que su hijo mayor salía del coche.

Su intención tras abandonar el lugar de los hechos era dejar a los niños con su abuela y entregarse a la Guardia Civil, motivo por el que no opuso resistencia en su detención camino de casa de su madre en el coche con los niños, en Sanlúcar la Mayor.

J.M.R.M., que ha explicado que en su país natal fue "capitán de policía" y que renunció a su trabajo para emigrar a España y dar "una oportunidad" a su relación con la víctima, también ha afirmado que los niños "estuvieron todo el tiempo en el coche".