Ferrándiz y Camas: "En estos momentos, hay más voto enfadado que voto oculto"

  • "Al PSOE no le va a pasar como en Andalucía. El apoyo a Sánchez y al PSOE es entusiasta".
  • "El acercamiento de Cs al PP y Vox puede provocar rechazo a su votante de centro y puede quedarse en casa".
  • "La escisión es clarísima del electorado del PP con respecto a Vox".
  • "Tezanos dice que dice que no hace cocina cuando en realidad sí la hace".
José Pablo Ferrándiz (derecha) y Francisco Camas (izquierda).
José Pablo Ferrándiz (derecha) y Francisco Camas (izquierda).
Elena Buenavista
José Pablo Ferrándiz (derecha) y Francisco Camas (izquierda).

José Pablo Ferrándiz es sociólogo, doctor en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense y profesor asociado en la Universidad Carlos III de Madrid y Francisco Camas es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Granada y profesor en el Instituto de Estudios Bursátiles y de la Carlos III. Ambos son también analistas del instituto demoscópico Metroscopia y han dirigido y participado en una obra colectiva,  "La cocina electoral en España" (Catarata), donde 13 expertos explican qué factores hay que tener en cuenta para elaborar las tan denostadas encuestas electorales.

Ante la incertidumbre que se cierne sobre los resultados de las generales del 28 de abril, Ferrándiz y Camas tienen claro que el PSOE será primera fuerza y que a las encuestas hay que darles un hervor más allá de preguntar a quiéne se va a votar. "Cuanta más cocina, mejor", dicen. Y afirman que hasta el presidente del CIS, José Félix Tezanos, recurre a ella. "Dice que no hace cocina cuando sí hace".

¿Qué es la cocina en una encuesta?

Francisco Camas.Es un tratamiento de los datos. Estimar el voto no se hace directamente de la encuesta, sino con datos a posteriori. Cuando uno cocina una materia prima, hace un tratamiento para hacerla más digerible o tener el mejor resultado posible. Consiste en algo que no tiene ni trampa ni cartón, en hacer que los resultados sean los más representativos posibles, tratar de estimar qué hacer con votantes que se muestran indecisos y la participación. Somo de la opinión de que cuanta más cocina, mejor.

José Pablo Ferrándiz No es más que el análisis de los analistas. Quien dice que no hay que aplicar cocina es como quien dice que no hay que analizar los datos. Es un poco absurdo, sobre todo sabiendo que existen sesgos y se intenta corregirlos.

¿Cuáles son los mejores ingredientes de la cocina, los elementos que describen mejor el voto final?

J.P.F. Lo fundamental es primero estimar la participacion electoral porque la abstención no se reparte igual en todos los electorados. El primer ingrediente que debe llevar son que van a intentar estimar esa paricipación, que es preguntar directamente de diferentes formas si va a acudir o no a la cita electoral. Yo diría que los fundamentales son la intención de acudir a votar, la intención direta de voto, que es la pregunta directa de si mañana hubiera elecciones a qué partido votaría usted, y la tercera sería el recuerdo de voto. A parti de ahí, habría otra serie de ingredientes como la evaluacion de los líderes políticos, de los partidos...

F.C. No hay un solo tipo de cocina y no todos los analistas aplican los mismos ingredientes. No hay una receta única para estimar el voto. Hay diferentes perspectivas, maneras de entender los datos, es una cuestion de qué hacer con la materia prima del resultado de la encuestn y cómo traducirla en un resultado estimado.

¿Qué les parece la decisión que tomó José FélixTezanos, presidente del CIS, de suprimir la cocina al considerar que los factores que se toman en cuenta no valen en el contexto actual?

F.C. Seguimos con mucho interés lo que hace el CIS. Ademas he intentado tratar de entender lo que proponía con cuanta menos cocina posible y no lo comparto completamente. Podría entender tratar de ser lo más fiel posible a los datos brutos de la encuesta. Pero [Tezanos] sí utiliza alguna aplicación metodológica. Estoy en desacuerdo es en que dice que no hace cocina cuando en realidad sí la hace. Y en tratar de hacer ver que la cocina es una manipulación malvada de los datos, no es cierto.

J.P.F. Está creando confusión sobre si cocina o no, cuando sí cocina.

Con cuatro partidos grandes y un quinto que previsiblemente entrará con fuerza en el Congreso, ¿los votantes siguen siendo fieles a un partido como para que el recuerdo de voto sea un factor válido para estimar el voto futuro?

F.C. No tenemos recuerdo de voto de Vox, pero sí del PP y la intención potencial de lo que van a hacer muchos votantes del PP. Unido a la probabilidad o firmeza de la intención de voto en las próximas elecciones. Cuando preguntas qué harían en las próximas elecciones, los votantes dirán hasta qué punto muestran más o menos seguridad.

J.P.F. Y las transferencias de voto, la gente que te dice a qué otros partidos se marcha. Nos pasó con Podemos y Cs en 2015 y 2016, teniendo en cuenta el recuerdo quizá tienes en cuenta más la transferencia de voto que otros ingredientes.

F.C. También tenemos otras preguntas colaterales. Por ejemplo, en el caso de Vox solemos preguntar cosas a las que no se da tanta importancia como cuál es la razón principal del votante de Vox en estos moemntos, por qué vota Vox. Mas de la mitad lo hace por un rechazo a los partidos existentes. Tenemos otro tipo de indicadores colaterales que tambien nos ayudan a medir hasta qué punto ese voto que ahora es simplemente potencial es una intención con arraigo o firmeza.

¿Hay que hablar de escisión del PP por Vox?

J.P.F. Los votantes de centroderecha son los mismos aproximadamente desde 2011, unos 11 o 12 millones, que suelen acudir a las urnas. Ya se dividió con la aparición de Cs y ahora con Vox vemos que van a volver a votar, pero a tres partidos. Sí podríamos hablar técnicamente de una escisión del electorado del PP con respecto a Vox.

F. C. Seis de cada 10 votantes potenciales de Vox provienen del PP. La escisión es clarísima.

¿Y la fuga de cientos de miles de votos de Cs a Vox?

J.P.F. Estamos viendo [en Cs] un comportamiento de partido pasarela a Vox. Cuando el momento Cs los colocaba en primer lugar en los sondeos, hemos visto que mucha de esa gente apoyaba a Cs ahora esta optando por Vox. Y gente que votó a Cs en 2016 probablemente está en el entorno de las 400.000 que ahora estarían optando por Vox. Es cierto que mayoritariamente el votante de Vox procede del PP pero una parte importane y que hace daño a Cs, viene de la formacion de Albert Rivera

La mitad de los votantes de Vox está enfadado con los partidos existentes. ¿Es un fenómeno parecido al de 2015 y 2016 con Podemos?

F.C. El votante de Podemos de 2015 era mucho más trasversal, de rechazo a un sistema bipartidista, que venía de la crisis, aglutinaba a diferentes tipos de electorado, gente más joven y mayor. Vox es bastante diferente, está claramente situado en la derecha y es un voto de rechazo pero no hacia el sistema, sino de recuperación de la identidad nacional, rechazo a la gestión de la situción en Cataluña o a que el PSOE esté en el Gobierno. Es cabreo pero un cabreo de derechas, no es trasversal respecto del sistema.

J.P.F. El votante de Vox tiene unas características muy determinadas que no tiene esa trasversalidad. Es votante de derechas clásico con unas edades intermedias, donde parece que hay menos jóvenes y sobre todo menos personas mayores. Pero es verdad que se ha trasladado la idea de que Vox se estaba alimentado de peredores de la crisis que habían votado a Podemos y que incluso venían de la izquierda. Querían tener ese perfil mucho más trasveral.

¿No es así?

J.P.F. No. La transferencia de la izquierda a Vox es muy pequeña, del 1 o 2%. La realidad es el 60% del PP; el 20% de Cs y otro 20% de la abstención con 1% de votantes de la izquierda. No se ve reflejado en los datos de la encuesta.

¿Se producirá esa masiva transferencia de votantes de Podemos al PSOE de la que también se habla?

J.P.F. Sí, un 20% de votantes de Unidos Podemos que se estarían marchando al PSOE y sobre todo no se corresponde con el porcentaje de votantes que desde el PSOE pasa a Unidos Podemos, que está por debajo de 5%. Por eso esos llamamientos al voto útil de Unidos Podemos, porque en algunas circunscripciones, por engordar mucho la marca PSOE, se adelgace a sus socios naturales y no puedan sumar mayoría de izquierdas.

¿Por qué no consideran el factor simpatía importante en una cultura política cada vez más mediatizada?

F.C. Importa, pero no tanto. Cada líder es un mundo en sí mismo. Albert Rivera ha sido durante mucho tiempo el mejor valorado, pero no hay una relación directa con el apoyo potencial del partido. Una parte importantísima del PP evalúa muy bien a Rivera pero no le votaría.

Pero los partidos son cada vez más personalistas

F.C. Es verdad que cada vez las campañas se hacen más presidencialistas, que muchos partidos esconden la marca para destacar al líder. Rosa Díez siempre era la menos mal evaluada pero no casaba con los resultados de UpyD. O Alberto Garzón, no hay correlación entre [buena ] valoración y voto a IU. Pedro Sánchez tiene un liderazgo bantente bien evaluado pero la mayoría de sus electores siempre han votado al PSOE, mantienen fidelidad a la marca, independientemente del líder.

Los partidos acaban de cerrar sus listas con fichajes de la televisión o del mundo de toreo. ¿Cometen un error?

F.C. Es más crear un estado de ánimo, una percepción de partido compuesto de personas de diferentes ámbitos.

J.P.F. El conocimiento que a priori tiene de ellos la ciudadanía es mínimo. El número 2 de Pablo Casado, el hijo de Suárez, da pistas por el apellido, pero si quitáramos "Suárez" y dejáramos "Illana" probablemente la gente no se ha enterado de que va en las listas el hijo de Suárez. El conocimiento de [candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid] Pepu Hernández entre la ciudadanía madrileña es mínimo, no sé si llegaba al 20%.

F.C. Aunque no todos los fichajes son iguales. Cuando Manuela Carmena se presentó a Madrid, nadie la conocía pero en muy poco tiempo consiguió ganarse el reconocimiento por su trayectoria.

Se dice que hay mucho voto oculto para el 28-A. ¿Cómo hay que contabilizarlo?

J.P.F. Yo creo que no hay mucho voto oculto. Normalmente, el voto oculto es cuando a la persona le preguntas a que partido votó en las anteriores elecciones y  dice un partido al que no votó. Yo creo que se confunde con el voto enfadado. Si miras los recuerdos de voto de los mayores partidos, se ajustan bastante bien al resultado final. Te dicen a quién votaron pero en este momento no tienen intención de hacerlo. En este momento hay más voto enfadado que voto oculto.

F.C. Es una cuestion mas bien circunscrita al voto del PP, porque desde la llegada de la democracia, reconocer votar a un partido de derechas siempre ha tenido mayores consecuencias negativas que votar a un partido de izquierda. En esos casos, personas que habiendo votado al PP no te querían contestar. Pero ahora en este momento, ese sesgo de que votar a la derecha no era socialmente tan bien visto se ha roto por completo porque el voto a Vox es desacomplejado, no hay necesidad de ocultar.

El PSOE está preocupado porque la victoria que apuntan las encuestas desmovilice a sus votantes. ¿Es un riesgo real?

J.P.F. Yo creo que no va a suceder como en Andalucía, donde había gente cercana al PSOE que no encontraba muchos motivos para votar y como las encuestas decían que iba a ganar se quedó en casa. Creo que el apoyo que está demostrando tanto Pedro Sánchez como el PSOE es un apoyo entusiasta y la gente tiene ganas de votar a PSOE. Lo van a hacer aunque aparezca como primera fuerza. Otra cosa será si se instala el mensaje de Unidos Podemos de que si se alimenta al PSOE puede que no entren en muchas circunscripciones y el bloque de la izquierda no sume.

¿La abstención siempre beneficia a la derecha?

F.C. Casi siempre ha sido así. En esta ocasión tenemos la sensación de que una participación baja va a beneficiar a partidos de centro derecha y va a perjudicar a los de izquierda pero hay un elemento distorsionador, Ciudadanos. Tiene un electorado de centro, además del de centro derecha, al que le cuesta mucho mostrar cuál va a ser su comportamiento. A un elector a caballo de PSOE y Cs le puede generar rechazo el acercamiento a PP y Vox y puede quedarse en casa. Esto puede hacer cambiar una dinámica de que votar menos afecta a más a la izquierda.

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