Ángel (40 años) lleva 19 como mecánico de convoyes en el metro de Barcelona y es uno de los 12 trabajadores que Transports Metropolitans (TMB) admite que tienen «manifestaciones pleurales en que se ha documentado su posible relación con la exposición al amianto».

En la revisión médica voluntaria de la empresa le han detectado placas pleurales no calcificadas en el pulmón, por el momento, benignas. «Desde entonces, nadie se ha puesto en contacto conmigo y sigo trabajando debajo de los trenes».

Junto a otros afectados creará una plataforma para pedir a TMB que se valoren sus riesgos de exposición al amianto en el puesto de trabajo y que se les reconozca la enfermedad profesional.

Conoce su diagnóstico desde diciembre.

Pero los médicos de la revisión de la empresa no te dicen directamente que sea a causa del amianto y tampoco los informes. Los últimos compañeros en ser revisados están siendo diagnosticados con un engrosamiento de la pleura no derivada de la exposición al amianto. En mi caso, sí que me dijeron que no se puede descartar, que es lo más parecido a que se reconozca. Y que no es cancerígeno. Pero puede serlo en unos años, según afirman segundas opiniones médicas.Las espirometrías me daban un poco por debajo en las dos últimas revisiones y los médicos de metro me dijeron que me la harían de urgencia después de Navidades. Aún estoy esperando.

¿La empresa está haciendo un seguimiento de los afectados?

Desde que la doctora me confirmó por teléfono que era por amianto y luego en persona le quitó mucho hierro, nadie me ha dicho nada, ni el trabajo que  tengo que hacer ni lo que puedo tocar o no. Sigo haciendo las revisiones de los trenes de la serie 4000 de la línea 1 llenos de pegatinas de amianto que dicen «no tocar» y «no manipular». Y no  me han sacado de ahí, y eso que a través del sindicato se ha pedido en dos ocasiones la valoración del riesgo de mi puesto de trabajo. Estoy expuesto al amianto, al igual que mis tres compañeros, que de momento no están afectados. Aunque según TMB no tenga riesgo porque no lo manipulo, porque lo reviso pero no lo toco. Pero trabajo a un palmo de los convertidores y a 10 centímetros de la pintura bituminosa, por lo que puede pasar cualquier cosa.

¿Desde cuándo trabaja con trenes?

Entré con la serie 1000 en 2000 en la L5 en Vilapiscina. Estuve trabajando casi un año con los famosos apaga chispas, que se retiraron en 2001. Y nunca he estado en la lista de empleados que han de pasar por revisiones de amianto (89 trabajadores en activo realizan análisis anuales por exposición a este elemento tóxico entre 1993 y el 2003). Ahora sí que me debo hacer unas pruebas en la unidad de Neumología del hospital Vall d’Hebron para ir confirmando que no sale nada. Y han citado a 200 empleados más, porque a muchos les han salido nódulos o cicatrices.

Ha trabajado con Juan Pareja, el primer enfermo confirmado por amianto en el metro.

Estaba con él al lado muchas veces cortando suelo. Ninguno sabíamos que había amianto y a veces se liaba una polvareda dentro del vagón, nos salíamos y le decíamos: «Avísanos Juan».

Los afectados ¿Qué exigís a la empresa? La huelga durante el Mobile World Congress también os apoyará.

Queremos claridad en los informes médicos, que por normativa TMB nos lave la ropa a los expuestos a este material contaminante, que las revisiones se hagan a toda la plantilla y que la empresa admita, como dice la seguridad social, que algunas de las afectaciones en empleados expuestos al amianto se traten directamente de enfermedad profesional.

Respecto a la cantidad de trabajadores del metro afectados por amianto, TMB reconoció hace pocos días que «es previsible» que esta suba. El martes que viene, Ángel y más afectados ofrecerán una rueda de prensa con abogados y facultativos. No descartan iniciar acciones legales.