La Guardia Civil trata de esclarecer el tiempo que Laura Luelmo estuvo retenida contra su voluntad antes de morir de un fuerte golpe en la frente propinado por Bernardo Montoya, el detenido por estos hechos que este miércoles ha confesado en dependencias policiales ser el autor del crimen.

Las diligencias se centran en clarificar si la muerte de Luelmo sucedió tras ser raptada contra su voluntad, para lo que habría utilizado su coche negro marca Alfa Romeo, como creen los investigadores.  No se descarta que la joven muriera malherida en el paraje donde se halló el cuerpo el pasado lunes, extremo este último que defiende el detenido, que en su relato ante los agentes ha comentado que entabló una conversación con la maestra, aunque no llegó a consumar la violación.

Pese al secreto de sumario decretado por la titular del juzgado encargado del caso en Huelva, por el momento estas son las certezas que han trascendido de la investigación:

Bernardo Montoya, el vecino de El Campillo detenido este martes por la Guardia Civil ha reconocido ser autor del asesinato de Laura Luelmo, tras varias horas de interrogatorio. La Guardia Civil le detuvo este martes como principal sospechoso.

Según la versión del detenido, fue la joven la que le preguntó por un supermercado en las cercanías. Él le tendió una trampa hacia una calle sin salida, donde la esperó, la golpeó contra su maletero, le ató las manos y la metió en el vehículo. También contó a los agentes que intentó agredirla sexualmente y que la dejó abandonada en el campo con vida.

El cuerpo de Laura Luelmo, la profesora de 26 años encontrada muerta en El Campillo (Huelva) presentaba un fuerte golpe en la cabeza, además de otras señales de aparente violencia en el cuello perceptibles a simple vista. Además, la autopsia ha revelado que su muerte ocurrió dos o tres días después de su desaparición. ¿Qué ocurrió en esas 48 o 72 horas?

Los especialistas están a la espera de que la autopsia confirme si sufrió o no una agresión sexual. Los indicios recabados llevan a los investigadores a sospechar que Laura Luelmo sufrió una agresión sexual. Montoya ha declarado, sin embargo, que intentó agredirla sexualmente pero no lo consiguió. Los resultados del forense también permitirán saber si las señales de violencia son muestras de la agresión que causó la muerte de Luelmo o si son signos de la manipulación que sufrió el cuerpo para tratar de ser escondido. El cuerpo fue encontrado entre matorrales de jaras, semioculto y con la ropa "revuelta y descolocada".

La Guardia Civil se ha marcado como prioridad la búsqueda del móvil de Laura Luelmo horas después de hallar el cuerpo de la profesora. Un repetidor recogió el miércoles 12 en torno a las 20.00 horas la última señal de su teléfono a nueve kilómetros de su casa de alquiler en la calle Córdoba de El Campillo, pero en dirección contraria en la que se ha encontrado su cadáver.

Los investigadores tendrán que reconstruir además cómo transcurrieron las últimas horas con vida de Laura Luelmo.

En un primer momento trascendió que sobre las 16.00 horas de la tarde la joven habló por última vez con su novio por teléfono. Él vive en Zamora. Supuestamente le informó de que iba a correr por los alrededores de su casa, recién alquilada tras obtener una sustitución en el instituto del municipio cercano de Nerva (Huelva).

Las incógnitas también incluyen si fue agredida en el lugar en el que apareció su cuerpo o si pudo ser trasladada hasta allí con posterioridad a su asesinato.