El Gobierno está en contacto con el pesquero de Santa Pola "Nuestra Madre Loreto", que esta semana recogió a 12 migrantes frente a las costas de Libia, pero ha excluido este viernes que vayan a desembarcar en un puerto español. La vicepresidenta, Carmen Calvo, ha insistido en que hay que cumplir la ley, que indica que deben arribar a un puerto "cercano y seguro", que no es el caso de España, sino de Italia, Malta o Libia.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este viernes, Calvo ha querido dejar claro que el Gobierno está haciendo un seguimiento constante para asegurarse de que la tripulación del pesquero y los migrantes están en buenas condiciones, pero ha descartado que España vaya a hacerse cargo de ellos.

"El pesquero es español pero las aguas no son españolas, se ha hecho cargo de los migrantes que a su juicio corrían riesgo y hemos hablado todo el tiempo con los países que estaban más cerca para que no corriera ningún tipo de riesgo", ha explicado Calvo, que ha añadido que, a medida que el pesquero se iba moviendo, puesto que no ha dejado de faenar, el Gobierno español ha ido entrando en contacto con los gobiernos de Italia, Malta y Libia para que le dejaran atracar en sus puertos, al menos para repostar.

"Todos estamos sometidos a las mismas normas internacionales y las tenemos que cumplir todos", ha dicho Calvo, que ha subrayado que estas normas "indican que hay que ir al puerto más cercano y a puerto seguro".

Sobre la negativa del patrón del pesquero de desembarcar a los migrantes en Libia, Calvo ha apuntado que "el Gobierno no es el que dice qué puerto es cercano y seguro, lo dicen las normas y cuando nos toca cumplir las cumplimos".

Calvo también ha indicado que el Gobierno está al tanto de la llegada del Open Arms para ayudar al pesquero y también de otro barco italiano que ha acercado en las últimas horas a la embarcación de Santa Pola.

De esta manera, el Gobierno se ha ceñido en esta ocasión a las obligaciones que tienen los países más cercanos y seguros de acoger a migrantes recogidos en el Mediterráneo, una actitud que contrasta con el cariz humanitario que el Ejecutivo de Pedro Sánchez dio a estos casos al princpio de su mandato. A este respecto, Calvo ha asegurado que "no se ha dado de momento una situación de carácter humanitario" y que el pesquero "sigue faenando".

En todo caso, la respuesta española ahora -apelando a la normativa comunitaria de desembarco en puerto cercano y seguro- dista de cuando en el mes de junio el Gobierno se hizo cargo de la recepción de cientos de migrantes que habían sido rescatados lejos de España por las embarcaciones de salvamento de varias ongs.

Así pasó cuando el puerto de Valencia recibió a más de medio centenar de migrantes rescatados por el Open Arms y, poco después, cuando el Gobierno autorizó a Barcelona para hacer lo propio con otras 60 personas rescatadas por el Aquarius.

En el mes de agosto, España se implicó en negociaciones a nivel de la UE para que Malta accediese a desembarcar en su puerto a los 141 migrantes que llevaba a bordo el Aquarius, después de lo cual se procedió un reparto entre países europeos en el que a España le correspondió hacerse cargo de 60 personas.

A pesar de las diferencias, Calvo ha asegurado este viernes que "no ha habido ningún cambio de posición" y que la posición del Gobierno se guía "por la coherencia de la posición que hemos marcado".

"Para el Gobierno español y para el presidente Sánchez ha sido muy importante que Europa tome conciencia de una política común" en relación a la "presión migratoria" y a la "reacción humanitaria".

Pero, ha añadido Calvo, esto también pasa "por el cumplimiento de las normas" y "el pesquero no está en nuestras aguas", ha insistido.