La Guardia Civil ha rescatado los cadáveres de dos migrantes en las últimas 24 horas en la costa gaditana. Son parte de las 9 víctimas mortales que podría haber dejado el hundimiento de una patera en el Estrecho, de acuerdo con el testimonio del único superviviente del naufragio.

El primero de los cuerpos fue hallado en la tarde del martes, 20 de noviembre, en la playa del Palmar y correspondía al de una mujer de origen subsahariano. El segundo cuerpo ha sido localizado este miércoles por la mañana a varios kilómetros del primero, en la playa de Chipiona. La Guardia civil investiga si ambos migrantes viajaban a bordo de la misma embarcación.

Por la mañana de este miércoles se ha encontrado los restos de una hinchable tipo 'toy' en la playa de El Palmar, en Vejer de la Frontera, en la que supuestamente viajaban nueve personas y que supuestamente se hundió este martes, 20 de noviembre, tal como ha relatado a los agentes un joven migrante, de entre 15 y 18 años, que ha asegurado que viajaba en aquella embarcación. Por ello, efectivos de la Guardia Civil rastrean la zona en busca de más cuerpos.

En cuanto al segundo cadáver hallado en Chipiona, se investiga si también iba en la misma patera y pudo ser arrastrado por la fuerte corriente o, por el contrario, viajaba en otra embarcación. De hecho, la activista Helena Maleno, de Caminando Fronteras, alertó el pasado viernes, día 16, del riesgo que corrían dos pateras con 9 y 11 personas respectivamente que partieron de Marruecos hacia las costas españolas. "Desde el viernes, venimos alertando de dos pateras de 9 y 11 personas que nadie rescató", ha escrito este miércoles Maleno en Twitter.

En este mismo mes, el pasado día 5 de noviembre, una embarcación con más de 40 personas naufragó en la playa de Los Caños de Meca dejando un saldo de 23 migrantes fallecidos, cuyos cuerpos han sido rescatados del agua durante las dos últimas semanas.

El menor de origen guineano rescatado este lunes por unos surfistas en la playa de El Palmar (Cádiz) ha relatado que emprendió un viaje de dos años por África con el objetivo de llegar a Europa en busca de un futuro lejos de la miseria que vivía en su país natal. Su última parada fue Tánger (Marruecos) donde pagó 700 euros a una organización que, supuestamente, habría de llevarle a costas españolas a bordo de una lancha a motor.

Tal y como cuenta, sin embargo, la realidad fue distinta: la lancha a motor resultó ser una "toy" (lancha hinchable de juguete) propulsada por un único remo y en lugar de viajar con otras cinco personas debía hacerlo con nueve.

Viéndose atrapado entre dos opciones (ser detenido por la policía marroquí o embarcarse rumbo a España en esas condiciones) escogió seguir adelante, como hicieron las otras nueve personas en su misma situación.

El menor cuenta que la barca, tras partir, estuvo una semana en el mar tratando de alcanzar la costa gaditana; durante ese tiempo, varios tripulantes perecieron por la inanición y la hipotermia y los tripulantes arrojaron sus cuerpos al mar. Otros cayeron al agua, y, refiere, murieron tratando sin éxito de volver a la embarcación por su frágil estado de salud.

De las diez personas, este chico es el único que ha llegado a su destino, debilitado y afectado de una grave hipotermia